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Como parte de un programa de reintroducción de ñandúes, se analizó el efecto del entrenamiento antipredador. Once animales (6 machos y 5 hembras) criados en cautiverio fueron sometidos a un entrenamiento antipredador y nueve (5 machos y 4 hembras) integraron el grupo control. El entrenamiento se basó en la exposición de un estímulo representado por un puma taxidermizado (predador natural) seguido por la aparición de una experiencia aversiva (simulación de captura). Los ñandúes fueron identificados con cintas de velcro de colores en una de sus patas; y 14 llevaban radiocollares. Los animales de cada grupo (entrenamiento y control) fueron trasladados durante la noche en vehículos separados especialmente adaptados, a un agroecosistema sin ñandúes en el sureste de la provincia de Córdoba (Argentina). En el área de liberación permanecieron durante dos días en corrales (liberación ?suave?) y se les proveyó alimento balanceado, alfalfa y agua. Después de su liberación fueron monitoreados diariamente durante los primeros siete días y luego entre cuatro y 19 días por mes. Tres meses después de su liberación la mortalidad fue 35%, siendo mayor en los machos (X2=4,10 G.L 1, p= 0,0428). Tres ñandúes entrenados murieron por ataques de perros, uno por puma y uno cazado. Dentro del grupo control, un ñandú fue predado por perros y otro fue sacrificado, debido a que se fracturó una pata. No hubo diferencias en la supervivencia de animales entrenados y controles (X2=1,17, GL 1, p=0,2785), por lo tanto, este entrenamiento no parece ser de utilidad. Posiblemente, machos solitarios expulsados de los grupos habrían estado más expuestos a predadores y cazadores. Se sugiere: (1) entrenamientos antipredador que incluyan al perro como modelo; (2) modificar la proporción de sexos, para que no haya individuos solitarios; (3) fiscalización efectiva sobre cazadores furtivos y controlar la presencia de perros o excluir su acceso al área de liberación.