Un país sin bosques es un país sin futuro: el caso de Argentina

TAMBURINI D. & BARRI, FR

Córdoba

Seminario; Seminario Internacional Universidad-Sociedad-Estado; 2012

En Argentina, no existe lamentablemente una adecuada conciencia forestal, habiéndose subestimado el valor económico del bosque, el que ha sido conducido a su explotación irracional con los consiguientes perjuicios para la economía nacional y regional (Brebbia, 1997). La creciente presión del hombre sobre la naturaleza pudo ser absorbida en las primeras etapas de nuestra historia, cuando el ambiente no había perdido su capacidad de recuperación. Pero, el crecimiento desordenado de las fronteras urbanas y silvoagropecuarias sumadas a una tecnología de alto impacto, redujeron en forma drástica esa capacidad (Gay Barbosa y González, 1996). Para la época colonial Argentina contaba aproximadamente con 160 millones de hectáreas de cobertura boscosa, en tanto que el primer censo forestal de 1914 arrojaba una estimación de 105 millones de hectáreas (el 39% del territorio nacional), reduciéndose a partir de allí a 59 millones de hectáreas para 1956, a 34 millones de hectáreas para 1981, y a 28 millones de hectáreas para el año 2007 (10,9% del territorio nacional) (Burkartet al., 1996; Morelloet al., 2009). Estas estimaciones están sustentadas además por los primeros estudios de las superficies de bosque nativo relevadas en diferentes regiones del país a mediados del siglo XX (Lorentz 1876, Kurtz 1904, Morello& Saravia Toledo 1959, Morello&Adámoli 1968, Sayago 1969; Luti et al., 1979). Actualmente, las tasas de deforestación en Argentina son muy altas y crecientes (las más altas de su historia), habiéndose acelerado este proceso desde 2001, alcanzando en el presente cifras cercanas a las 300.000 ha deforestadas/año (Zaket al. 2008, Gasparri& Grau 2009).