IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Zanon. Fábrica sin patrones
Autor/es:
AIZICZON, FERNANDO
Editorial:
Editorial escaparate. Colección América
Referencias:
Lugar: Concepción; Año: 2015 p. 125
ISSN:
978-956-9065-47-7
Resumen:
El 29 de octubre del año 2001 los obreros de la fábrica neuquina de cerámicos y revestimientos ?Cerámica Zanón? recibían sus telegramas de despido. Alrededor de 380 ceramistas resistían desde hace meses una dura ofensiva patronal que buscaba además del despido, cerrarles la fábrica impidiendo el ingreso de los trabajadores ¿Por qué ocurría esta situación? Porque frente a la negativa de la empresa a continuar la producción los ceramistas habían decidido probar, ellos mismos, fabricar cerámicos y venderlos. Mediante un simple cálculo concluían que la dificultad para pagar salarios invocada por la patronal no era tal, y que con pocos días de producción alcanzaba para el pago de todos. Pero Luis Zanón, el dueño, pensaba de otra manera, es decir, como un empresario, y les mandó a cortar el gas y apagar los hornos. Los obreros lo reconectaron, y así hasta que llegó la notica del despido. Indignados, marcharon al centro de la ciudad de Neuquén y protestaron quemando sus telegramas en la calle para luego ser duramente reprimidos por la policía. En aquella movilización no estaban solos, coincidían con otros actores que frecuentaban desde hace años las calles neuquinas: docentes, estudiantes secundarios y universitarios, trabajadores estatales, desocupados, comunidades mapuce, partidos de izquierda, organismos de DDHH?Durante los años ?90 Neuquén, la provincia más pequeña de la Patagonia argentina, fue una caldera de protestas. Aún siendo una joven provincia exhibía una sorprendente tradición de luchas recientes: entre los años 1996 y 1997 Neuquén acaparó la opinión pública nacional al protagonizar las ?puebladas cutralquenses?, también conocidas como ?Cutralcazo?, en virtud de las ciudades petroleras de su interior provincial (Cutral Có y Plaza Huincul) que se levantaron contra los efectos sociales de la privatización de YPF (petrolera estatal), y que dejaba en esas ciudades un tendal de desocupados. Esas puebladas mostraron al país no solo a gente desesperada cortando rutas por falta de trabajo, sino al ?mundo ypefiano? que se desplomaba a modo de metáfora de un Estado y una sociedad que perdían todo un sistema de derechos sociales y laborales. La imagen de jóvenes cubriendo sus rostros con pañuelos, con gomeras en las manos, detrás de cubiertas neumáticas quemadas sobre el asfalto y dispuestos a enfrentar las fuerzas represivas de Gendarmería, hizo época. Marcó a fuego una generación que desafió la institucionalidad burguesa y estatal en varios sentidos: cortó vías de circulación, se organizó en asambleas como máxima instancia deliberativa, ocupó espacios públicos y privados, y fundamentalmente practicó la acción colectiva directa. Pocos años después, los obreros ceramistas de Zanón participaban de ese ?espíritu de época? beligerante, combativo, agregando a lo que se venía practicando el hecho de tomar la fábrica y ponerla a producir dando nacimiento, junto a otras experiencias, a las denominadas ?fábricas recuperadas?. Dentro de ese universo los ceramistas fueron los más audaces y persistentes, pues tras quemar sus telegramas y resistir meses en el portón de la fábrica, en marzo del año 2002 finalmente ingresan dando comienzo a la experiencia más radical y duradera de aquella época a nuestros días: el control obrero. No se trata, como veremos, de una experiencia limitada a la autogestión o a la conformación de una cooperativa. Al contrario, Zanón luchó por la coordinación de sectores combativos, planteó el desafío de la construcción de hegemonía obrera agrupando la resistencia sindical, de trabajadores desocupados y precarizados, de jóvenes, mujeres y pueblos originarios, sumó demandas como la defensa del medioambiente, entre otras, dentro de una práctica política que logró combinar la lucha en las calles con la lucha en el parlamento, y que trazó el desafío estratégico de alcanzar un horizonte de socialismo en un claro intento de superar un período histórico que combinó, como pocos, escepticismo y combatividad.