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Históricamente las reformas del Sistema Educativo pusieron énfasis en las Políticas de Formación Docente en tanto se las concibe como piedra angular y actor central de cambio. Dichas políticas se encuentran vinculadas a concepciones más amplias como ciudadanía, conocimiento o educación y dependiendo del sentido y relación que se establezca entre ellas, la formación docente se convierte en una prioridad en la agenda educativa nacional.A finales del Siglo XX los países desarrollados comenzaron a implementar políticas de ajuste en economía, que estaban orientadas a reducir el gasto social para obtener mayor rentabilidad. Para conseguir dicho objetivo se exportaron modelos económicos a los ?países subdesarrollados? provenientes de instituciones multilaterales de créditos ?Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, entre otros- desde las cuales se promovieron y monitorearon la aplicación de políticas económicas tendientes a favorecer las ganancias. Como consecuencia de esto, algunos países latinoamericanos realizaron profundas transformaciones económicas acompañadas por cambios estructurales ?sociales, culturales y políticos- que sirvieron de justificación de los procesos de reforma, elaborando una ?ingeniería social? para la justificación de las acciones. Argentina fue uno de los países que durante la década del ´90, bajo la administración de Carlos S. Menem llevó adelante un proceso de modernización del Estado cuyas transformaciones no sólo tuvieron implicancia en materia económica y social, sino también en términos de políticas educativas. Durante la presidencia de Menem (1989-1999), se realizó un drástico proceso de reformas de mercado, que transformó "de raíz" la estructura económica y social del país. Estas reformas estructurales de orientación neoliberal contrastaban con las tradicionales políticas económicas asociadas al peronismo, que se habían caracterizado por la presencia de un Estado fuertemente intervencionista.El "menemismo" no dudó en privatizar gran parte de las empresas estatales, flexibilizar la economía, liberalizar el mercado interno, desplegar una apertura financiera al capital transnacional y desarrollar una política de reducción del gasto del Estado, principalmente en lo que respecta a la política social.Desde el Ministerio de Educación se implementaron un conjunto de políticas públicas tendientes a reformar el sistema educativo, fuertemente influenciadas por los organismos multilaterales con recomendaciones basadas en criterios eminentemente economicistas, cuyo fin era la ?transformación productiva con equidad?; haciendo necesaria la interrelación entre Sistema Educativo, Capacitación, Innovación y Desarrollo Tecnológico, convirtiendo a la escuela en sinónimo de empresa.Las propuestas de los organismos internacionales ?expuestas en distintos encuentros, entre los que se destaca la ?Conferencia Mundial sobre la Educación para todos? de Jomtiem en 1990- introdujeron los valores del mercado y los mecanismos de competencia para mejorar la eficiencia y eficacia del sistema. En este marco, se promovieron desde el Estado reformas estructurales en las políticas de formación docente destinadas a lograr la Profesionalidad. La autonomía docente, la capacitación en servicio, la concepción de formación docente continua, los nuevos roles de gestión, participación e investigación dan cuenta de las acciones que se llevaron a cabo a partir de la implementación de la Ley Federal de Educación 24.195/93, la Ley de Educación Superior 24.521/95 y la creación de organismos como la Red Federal de Formación Docente continua y el Fondo de Profesionalización Docente destinado a ?Profesionalizar la carrera docente y mejorar las retribuciones salariales?. En el caso de Brasil, a partir de la década del ´70, con la recuperación de la Democracia, se iniciaron procesos de democratización de la sociedad. En este contexto, en el año 1996 se sanciona la Ley de Educación N° 9394, de Directrices y Bases de la Educación