IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Entre artefactos técnicos y organismos biológicos: La noción de ?diseño? desde una perspectiva naturalista
Autor/es:
MALENA LEÓN
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; IX Coloquio Internacional de Filosofía de la Técnica; 2018
Institución organizadora:
ANPCyT; CITECDE, Universidad Nacional de Río Negro; Área de Tecnología, Cultura y Política de Ciencias de la Comunicación, UBA;
Resumen:
Cuando pensamos un objeto qua diseño, concebimos al mismo como el producto de un proceso que le otorga características particulares, como la de haber sido planeado por alguien y, por ende, ser pasible de atribuciones funcionales, estéticas, artísticas, etc. Esta concepción podría vincularse con una clasificación de orden ontológico que, en el marco de la discusión sobre las ?clases reales? y el estatus ontológico de los artefactos, distingue a los objetos que son dependientes de lo mental de los que no lo son. Así, los minerales, especies animales, plantas, etc, tendrían una existencia que es independiente de cualquier mente (humana u otra), a diferencia de los artefactos que construimos los humanos. La existencia de estos últimos sólo es posible gracias a que en algún momento de la historia empezó a haber animales con mente. Se ha defendido que esta diferencia entre lo dependiente y lo independiente de lo mental es una buena base para sustentar que, mientras que los objetos naturales constituyen clases reales, los artefactos no lo hacen (Wiggins, 2001). Incluso quienes han cuestionado la categoría de ?clases reales?, siguen manteniendo la distinción entre objetos dependientes y objetos independientes de lo mental. Y quienes la han cuestionado, se han limitado a señalar casos fronterizos o mixtos, como el de los bioartefactos (Baker, 2008). En este trabajo pretendo explorar si estas característisticas propias que distinguirían a los artefactos de los objetos naturales por el mero hecho de haber sido diseñados por alguien son significativas y cuál es su alcance. El punto de partida para tal empresa será la idea dennettiana de que la evolución por selección natural es un proceso que da como resultado diseños sin diseñador (Dennett, 1995).La concepción dennettiana (y otras similares que adoptan una perspectiva darwiniana acerca de los ?diseños? naturales) va en el sentido contrario a la idea clásica que tenemos sobre el modo de ser de los objetos naturales y artificiales, que fueron distinguidos claramente por Artistóteles. Si bien Dennett no pretende borrar esta distinción, señala que existen algunas continuidades ocultas. Pienso que la más relevante de ellas es la que indica que la cuestión de que el diseño haya sido representado en la mente de alguien antes del surgimiento del objeto diseñado, es irrelevante. Pretendo mostrar que esta tesis se torna aún más plausible si se la pone en vínculo con ciertas concepciones de la creatividad humana que muestran que, muchas veces, nuestro modo de tener ideas, no se distingue tanto de los procesos no mentales. Concretamente, estoy pensando en los modelos de creatividad humana que señalan que el mejor modo de comprenderla es en analogía al proceso de selección natural darwiniana (Campbell, 1960, Simonton, 2009).Uno de los méritos de Dennett en ?Darwin?s Dangerous Idea? (1995) es mostrar que las dificultades para aceptar la teoría de la evolución darwiniana con sus distintas implicancias guardan un fuerte vínculo con arraigadas concepciones metafísicas más generales -y muchas veces no explicitadas- en las que sigue siendo muy pregnante una perspectiva que reconoce la primacía de lo mental (Locke como exponente). En mi opinión, la discusión sobre la comparación entre las propiedades funcionales de los artefactos y los organismos biológicos constituye una instancia más en donde dicha perspectiva de la primacía de lo mental sigue siendo influyente y una que pone en evidencia, además, que se trata de cierta concepción de lo mental: una que incluye principalmente procesos ?top-down? de búsquedas direccionadas en donde no interviene el azar.Si Dennett tiene razón respecto de esta continuidad entre organismos biológicos y artefactos, cosa que pretendo hacer más plausible con este trabajo, quedan sentadas las bases para lo que considero que sería, más allá de Dennett, un modo de abordar los artefactos más adecuado. Dicho abordaje dejaría de lado la idea de que los mismos poseen determinadas características en virtud de que han sido creados por procesos inteligentes que los dotan de aspectos funcionales únicos en su tipo y entendería que sus características propias están dadas por el modo en el que se insertan en nuestras prácticas sociales. Así, su principal distinción con los organismos biológicos no es de orden metafísico, sino pragmático.