?El horizonte democrático: multitud y resistencia. El deseo de un mal?

GISEL FARGA

Valparaíso

Congreso; XIV Coloquio Internacional de Spinoza y las Américas; 2017

Centro de estudios avanzados, Universidad de Playa Ancha

El llamado que nos convoca al XIV Coloquio Internacional Spinoza tiene por título ?Re-pensar la potencia revolucionaria de la modernidad?. Spinoza es considerado en este intento como uno de los pensadores que nos habilita a reflexionar en un sujeto político que regule el Estado y que, sobre todas las cosas, denuncie la pérdida de libertad y autonomía derivadas de formas opresivas y esclavizantes del poder, esto es, mediante la conservación de la soberanía en la multitud. Su concepción de la paz, su teoría del derecho natural y el pacto expresan una singular manera de pensar la democracia como la mejor forma de gobierno en términos de libertad, inclusión y expansión de la potencia de los individuos. Ahora bien, ¿qué podemos afirmar de la multitud? en el movimiento de su expresión, ¿ lleva consigo la posibilidad de una revolución? Quizá sea una pregunta un tanto anacrónica, Spinoza no estaba pensando en un sujeto político revolucionario al menos no como lo entendemos después de la teoría marxista. Sin embargo, podemos afirmar que la multitud, dependiendo de la dinámica de potencias que la componen no cancela sobre sí expresiones revolucionarias, lo que no equivale a decir que la multitud es el sujeto político revolucionario. Y precisamente ésta es la riqueza de la propuesta spinozista: las diversas y múltiples formas posibles de expresión de la multitud. Pero, a su vez, no podemos pasar por alto que, dentro de esas diversas maneras, hay expresiones que no son del todo potenciadoras, ni afirman la existencia de obrar y vivir. Ello, no significa que la multitud puede autodestruirse, sin embargo, está presa, en virtud de su dinámica afectiva, de peligros que no sólo son externos. En el presente trabajo, intentaremos indagar no tanto la posibilidad de una filosofía de la revolución en Spinoza, sino, más bien, una filosofía de la resistencia. La resistencia como primera estrategia frente a la opresión del Estado, específicamente, de un Estado democrático. ¿Qué cualidades o capacidades posee aquello o aquel que nos presiona, nos ataca, nos ocupa? En otras palabras, ¿A quién o a qué se resiste? Podríamos decir que se trata de un otro con quien no se puede establecer ningún tipo de lazo, un otro que amenaza mi vida, mi existencia y por esa razón, tiene un poder sobre mí. A su vez, la resistencia implica una conservación: conservación de la vida individual y de una vida en común, es decir, de una comunidad. Por último podemos afirmar, que alguien que resiste necesariamente ha percibido o experimentado un daño a su constitución pero un daño que aún no lo ha deteriorado. Aquí se abre la temporalidad: no es el temor a una amenaza futura, sino la certeza de un daño y el temor de un daño mayor, al punto de la aniquilación o total descomposición. Al mismo tiempo, la supervivencia a ese ?primer? daño implica una temporalidad, una memoria (breve) de cómo se resistió. Bajo este horizonte indagaremos los conceptos de multitud, resistencia, imagen y memoria en la filosofía de Spinoza.