Amores putos. Incomodidad afectiva, fracaso identitario y placeres abyectos

EDUARDO MATTIO

CABA

Congreso; XIII Jornadas Nacionales de Historia de las mujeres y VIII Congreso Iberoamericano de Estudios de género: Horizontes revolucionarios. Voces y cuerpos en conflicto; 2017

IIEGE-FFyL y Inst. Gino Germani, Fac. Cs. Sociales, UBA y UNQui

En Putito. Nunca nadie amo tanto, tanto, el unipersonal de Pablo Huespe, estrenado en setiembre de 2016 (Teatro La Calle, Córdoba; dir. Marcos García), se organiza un pequeño archivo de amores maricas en el que se desafían los guiones hetero y homonormativos que modelan cuerpos y vidas (Ahmed 2015: 222). Con ocasión de cierta experiencia de desamor, el protagonista es llevado a una deriva de afectos promiscuos (sexo anónimo en baños, parques y otros espacios públicos) que problematizan, con mayor o menor fortuna, los marcos normativos (religiosos, familiares, institucionales) que han regulado su trayectoria biográfica. Putito es un apunte fragmentario e intenso de la subcultura sexual que comparte sexo y afecto en ciertos espacios públicos de Córdoba; releva con acierto las incomodidades y tensiones que supone vivir un ?modelo de libertad negativa? que no siempre escapa de las normas que restringen lo que pueden hacer los cuerpos (Ahmed 2015: 233). Disputando los sentidos consolidados del "amor", Putito ensaya otras declinaciones del afecto marica que, por fuera de las gramáticas familiaristas y de las amenazas del dispositivo policial, insisten en enrarecer los guiones amorosos disponibles.