IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
?¿Cómo entender lo plurinacional? Notas para una filosofía política boliviana
Autor/es:
ANA VICTORIA BRITOS CASTRO
Lugar:
San Juan
Reunión:
Simposio; XVIII Congreso Nacional de Filosofía. Simposio: Filosofía Latinoamericana y Ciencias Sociales críticas.; 2017
Institución organizadora:
Asociación Filosófica Argentina (AFRA) y Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ)
Resumen:
El marco teórico de este desarrollo está inscripto en los aportes brindados por la filosofía política latinoamericana contemporánea. Desde aquí, he articulado lo que podemos denominar uno de los posibles modos de entender a las diversas filosofías políticas bolivianas desde el presente. En todo momento considero a dicha práctica filosófica como parte de un proyecto crítico de las epistemes modernas coloniales y en ese sentido es que mi investigación implica y sostiene una mirada poscolonial. Construyo de manera crítica uno de los modos en que es posible re-pensar las relaciones sociales y sus formas en las heterogéneas subjetividades políticas en América Latina, puntualmente en la Bolivia contemporánea. Desde aquí es que pretendo participar en la reconstrucción de ciertas manifestaciones culturales teniendo presente los escenarios de lucha y resistencia bolivianos desde finales de la década de 1990, donde se gestaron los levantamientos que hicieron posible la Guerra del Agua y la Coordinadora en defensa del Agua y de la Vida en el 2000, hasta el referéndum constitucional para la re-re elección de Evo Morales Ayma como presidente en 2016. Una de las claves centrales es profundizar desde una mirada crítica los modos de colonización y subjetivación propios de la modernidad política occidental. Por ello, es que puedo articular cuatro conceptos nodales para el pensamiento y las múltiples experiencias bolivianas: ?abigarramiento?, ?colonialismo interno?, ?subsuelo político? y ?superficie institucional?. Entramar estos conceptos en el marco de una filosofía política boliviana posibilita pensar las tensiones producidas por las situaciones de dependencia que aún hoy se reproducen sobre la base de relaciones de dominación/opresión y subalternidad. Por ello, resulta heurísticamente fértil volver a pensar ?la? sociedad boliviana en toda su complejidad, es decir, constitutivamente heterogénea. En este sentido, indagar a partir de la diversidad socioeconómica, política y cultural pone en tensión no sólo la pregunta por lo nacional-popular que sigo considerando central, siguiendo las lecturas de René Zavaleta, sino también el desplazamiento hacia la pregunta por lo plurinacional. Lo plurinacional por un lado, cristalizado en la forma estatal y por otro, como horizonte político y cultural de los múltiples sujetos que tejen lo social en Bolivia hoy. ¿Cómo entender entonces, lo plurinacional? Pregunta que considero muy pertinente para poder desarrollar y articular los diversos conceptos y categorías que hacen a mi investigación. Sostengo que lo plurinacional es siempre una forma de problematización de lo social y lo político que ha definido y define la contemporaneidad boliviana. Al considerar lo plurinacional como una problematización se presenta como un campo de disputa tanto de conceptos y categorías como de prácticas políticas. Estrictamente podría definirlo como un campo político. Los cuatro conceptos que he mencionado como articuladores de esta investigación se encuentran íntimamente ligados a lo plurinacional. Es por ello que, en primer lugar, desplazar la mirada de la sociedad civil moderna hacia una forma social abigarrada posibilita entender la complejidad de tiempos y espacios yuxtapuestos en los que se construye politicidad. Es decir, el abigarramiento es el modo para nombrar y explicar diversos tipos de superposiciones histórico-políticas y socio-culturales que son tramadas a partir de la lógica colonial. Lo abigarrado posibilita pensar la coexistencia y sobreposición desarticulada y colonial de varios elementos que hacen a lo social como son: el tiempo histórico, los modos de producción, concepciones de mundo, lenguas, culturas y diferentes estructuras de autoridad. En un segundo momento abordo el concepto de ?colonialismo interno? y su compleja dinámica. Desde aquí me aproximo a los modos en que se traman modernidad y colonialismo en formaciones socio-políticas y culturales abigarradas como la boliviana, que puede pensarse a partir de 1492 con la conquista española, con las rebeliones de Tupaj Amaru, los hermanos Katari en Potosí y Tupaj Katari entre 1780 y 1782 , en 1825 con la independencia, en 1899 con la rebelión de Zárate Willka, en 1952 con el Estado Nacionalista Revolucionario, en la década de los `70 con el surgimiento del movimiento Katarista o bien en formas y articulaciones señoriales prehispánicas. De este modo, el colonialismo interno como un patrón de dominio y poder político, es inconcebible sin el racismo como su organización discursiva que configura subjetividades expresadas en un engranaje de articulación violenta y contradictoria. Opera produciendo asimetrías y jerarquías de poder, acoplamiento de estructuras, mediante la sobreposición de sociedades acompañado de procesos de desorganización y destrucción parcial, siguiendo a Luis Tapia. En otras palabras, cómo sostiene Silvia Rivera Cusicanqui, el colonialismo interno en tanto conjunto de contradicciones diacrónicas de diversa profundidad que operan en la construcción del presente, atraviesa las dinámicas del capital, los sistemas políticos estatales y las ideologías enmarcadas en la homogeneidad cultural. Atraviesa, me animo a sostener, la lógica social y política propuesta en lo plurinacional. Por ello, lo interesante de entender la dinámica entre colonialismo interno y abigarramiento es la constante suspensión del discurso que procura la homogeneidad política y social mediante la continuidad de la dominación en la construcción de una identidad más bien única y totalizadora que plurinacional. En un tercer momento trabajo los conceptos de ?subsuelo político? y ?superficie institucional? de Luis Tapia. Intento reconstruir sus alcances y sentidos y luego ver cómo se los puede articular en distintos momentos de lucha y resistencia.Consecuentemente, todo orden social pretende ser una totalidad y producir formas discursivas, simbólicas y políticas que contengan los hechos y acciones que ocurren en su interior, buscando configurar su propio universo de sentido. Lo excedente resulta relevante de ser pensado, excedentes que no son contenidos por las instituciones y las relaciones existentes del orden social. En dicho exceso ?esta la posibilidad de su renovación, su desarrollo y también su crisis? (Tapia 2008). En primer lugar, la Guerra del Agua en 2000 y la Guerra del Gas u Octubre del 2003 son ejemplos de estos desbordes que excedieron a la totalidad institucional, los nombro como momentos pre-constituyentes. En segundo lugar, me centro en el análisis de la Asamblea Constituyente y el Pacto de Unidad de 2006-2007 buscando mostrar cómo se produce un desplazamiento, a pesar de las inmensas dificultades que tuvo este proceso, desde el intersticios del subsuelo político a la superficie institucional. En tercer lugar, recuperar el conflicto del TINPIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure) en 2011, el cual denomino lucha post-instituyente, a seis años de la consolidación del Estado Plurinacional. Finalmente unas consideraciones sobre el Referéndum constitucional del 21 de febrero del 2016 donde ganó el NO a la re-re elección de Evo Morales Ayma. De esta manera, el indagar en torno a ciertos procesos descoloniazadores donde la lucha social y política funcionan como experiencias de resistencia que se articulan desde diversos proyectos colectivos, significa nutrir la pregunta por las condiciones de posibilidad de las sujetividades políticas actuales. Implica volver a preguntar por aquel sujeto político que acuñó la modernidad política occidental, capitalista y colonial e indagar los supuestos filosóficos allí presentes. Remarcando, sostengo que desde este lente moderno se ha construido y legitimado el discurso en el cuál las sociedades modernas se expresan como un conjunto desordenado de fragmentos confrontados y antagónicos subordinados por el capital, unificados ilusoriamente en ?totalidades aparentes?. Las formas sociales abigarradas ponen en entredicho estas totalidades aparentes de la modernidad, evidencian la continuidad histórica de las resistencias y son los excedentes intersticiales del subsuelo político expresado como movimiento de lo social que cuestiona los diversos modos de colonialismo interno. En este horizonte de complejidad política es que pongo en tensión la construcción de lo plurinacional, sus alcances y limitaciones que me llevan a la posibilidad de pensarlo únicamente como un efecto discursivo.