IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Encantos de la interrupción: sobre la poesía reunida de Arturo Carrera
Autor/es:
MATTONI, SILVIO
Lugar:
Rosario
Reunión:
Congreso; IV Congreso Internacional Cuestiones Críticas; 2015
Institución organizadora:
Centro de Estudios de Literatura Argentina y Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria de la Universidad Nacional de Rosario
Resumen:
Quizás uno de los objetivos improbables de la literatura sea producir un efecto continuo con los medios discontinuos del lenguaje. Quizás la continuidad en el ritmo de un poema o en la trama de una novela sólo sean ilusiones provocadas por lo discontinuo, que además nos constituye, puesto que nada más que la fe uniría dos frases encabezadas por el pronombre ?yo?. Sin embargo, la poesía, para referirme sólo al nombre más improbable de la literatura, siempre habría buscado hacer un ritmo continuo, y lo que en ella se contaba no solían ser tanto relatos, viajes o encuentros, sino antes bien sílabas, acentos, pies y saltos de las palabras. De allí que muchas veces, entonces, el efecto, la fascinación de una continuidad se lograba por una profundización de la discontinuidad del lenguaje. El corte del verso, los blancos en la hoja, la síncopa de una repetición auditiva, el encabalgamiento que se precipita de una línea audible hacia el sentido legible en la siguiente, son todos dispositivos para poner de relieve la articulación de una lengua, su arbitrario sonido, que sin embargo es natural, y el destino del sentido. Ya sin la ayuda de las matemáticas elementales, ya sin la necesidad de memorizar lo cantado y lo contado, la poesía de la era gráfica, que curiosamente empezó con Mallarmé, siglos después de la invención de la imprenta, puede dedicarse a un continuo cada vez más personal, único. El nudo de ritmos que hace existir a un poeta se enlaza, se desata, se enreda y se despliega sin demasiados datos predeterminados. La forma en que cada poeta ha de cortar la ilusión continua del lenguaje discontinuo producirá entonces un ritmo, hecho de ambos polos, por una continuidad mayor. La interrupción del poema se volverá entonces promesa de continuidad, un recomienzo constante que desafía, en lo más improbable de la práctica de escribir, hasta la interrupción final, el punto definitivo.La obra reunida de Arturo Carrera no es entonces el anticipo de una obra completa sino su momento presente de tránsito, lo que se ha estado escribiendo toda la vida y que se sigue escribiendo con la vida. Algo que apenas se interrumpe para aspirar a la felicidad, que también será otro libro y el continuo de la vida. Como lo perfecto, también lo completo y, en última instancia, la realización de lo continuo son objetos de fe, aunque no por irreales dejan de suscitar creencias. La admiración tiene algo de esa fe, pero esconde un secreto impulso a dejar de lado lo demasiado completo, lo demasiado perfecto. Lo continuo de pronto interrumpido, lo inacabado, hacen imaginar otras posibles continuaciones. Así, el poeta que deja una pizca de blanco atrás, que corta la ingenuidad de entregarse a la inspiración, a la repetición, abre la vía zigzagueante de la lectura.