La vida sigue: 3 poetas recientes

MATTONI, SILVIO

Tucumán

Encuentro; II Encuentro Nacional de Poética, Poesía y Escrituras del Yo; 2015

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán

Acaso a la poesía haya que preguntarle cosas. En principio, no es posible saber si las respuestas en forma de poemas se referirán al pasado o al futuro. Abrir un libro de poemas, en todo caso si se trata de uno escrito en el presente, fresco, reciente, es como mirar un antiguo hexagrama o recibir una sentencia oracular. Pero si algo queremos saber de la poesía es que nos repita su derecho a la existencia aquí y ahora. La poesía tiene que relacionarse con la vida, aparecer como una necesidad insoslayable para una vida al menos, puesto que la persona que escribe, si bien es una máscara literaria, se responde acerca de su íntimo sentido, se interroga sobre su inaccesible sinsentido, en el registro de versos. En ese camino de las respuestas enigmáticas, las imágenes, los tiempos, los lugares van adquiriendo una consistencia que produce, incluso diríamos que segrega ?vida?. ¿A qué se debe esa ilusión de realidad en la poesía? Tal vez a lo que menos se aproxima al costado referencial del lenguaje, es decir, al ritmo. El ritmo recuerda que las palabras, en su sonoridad, en su aislamiento, en su coloratura tímbrica, no tienen sentido, pero justamente también el ritmo intensifica el sentido, vuelve a darle una motivación natural, vital, a la arbitrariedad de cada palabra. No es imposible leer los actuales libros de poesía como diarios íntimos, entradas de una vida que la casualidad atraviesa y que intentan ordenarse, a menudo involuntariamente, en algún tipo de serie. Los libros de poemas son como alcancías, no tienen grandes planes o tramas que se cierren, apenas si se puede poner en ellos cada día una moneda de sentido, acuñada con los materiales más comunes, las aleaciones más ordinarias. Pero a su vez, en la medida en que los diarios, a largo plazo o en la inmediatez inconsciente del vistazo de reojo sobre lo ya escrito, pueden volverse novelas donde el yo se convierte en héroe, en el modesto héroe de un destino individual, del mismo modo los libros de poemas podrían forzar su serialidad hacia lo novelesco.