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Eneste trabajo nos proponemos recorrer la obra de Martin Rodriguez en un intentopor pensar el modo como, situándose entrepoesía política y política de la poesía, entre apostasía y blasfemia, su escritura poética opera comoherejía y profanación. Una herejía consiste, al decir de Jacques Rancière, en una ?una vidaseparada de ella misma por la palabra? y, al mismo tiempo, en una palabrades-asignada de una vida, es decir,en una palabra que impugna la correspondencia previsible entre unos cuerpos yun modo de decir y actuar. Para Giorgio Agamben Profanar implica ?restituir al libre uso común de los hombres? algoque había sido separado, consagrado, es decir, implica entablar una relaciónnegligente que desatiende las normas que regulan la separación devolviendo loconsagrado a un nuevo uso quesuspende su relación obligada a un fin. Quisiéramos invocar estas dos operaciones (profanación y herejía)para pensar la escritura poética de Martín Rodríguez específicamente en lo queatañe a la relación poesía y política. En un momento en que la poesíacontemporánea pareciera o bien negar cualquier relación con el orden político?apostasía-, o bien referirse a éste de manera crítica e injuriosa -blasfemia-,intentaremos leer el espacio singular que inaugura la escritura poética deRodriguez como un entre poesíapolítica y política de la poesía; un entrehereje y profanador que restituyeun nuevo valor de uso a la historia, los géneros literarios, el mito y latradición, operando una política de laimaginación.