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En Las direcciones filosóficas de la cultura argentina, publicado en 1914, José Ingenieros revisa el sentido y las posibilidades de una ?filosofía argentina?. Allí se presentan, en términos propedéuticos, rasgos que se consideran propios de esa filosofía, de su originalidad y de su inscripción en el mapa de la filosofía occidental, como así también al lugar que esta nueva filosofía ocupa en la construcción de una cultura nacional. Del mismo modo, propone una lectura de la historia de la filosofía en el país, reconociendo distintos mojones en un camino que va desde algunas expresiones prerrevolucionarias, en las que el pensamiento filosófico se ligaba íntimamente a la cultura hispánica, hasta las propias definiciones del autor a favor de una ?filosofía científica?. En esa reconstrucción histórica y en esa caracterización del rol y el perfil de la filosofía que el país precisa en ese momento puede observarse el despliegue de algunos elementos que tienen por objetivo principal posicionar al autor y a sus ideas en el marco de la contienda ideológica de principios de siglo XX por la definición de la cultura argentina. Más que un simple interés teórico por definir la filosofía ?algo que dudamos pueda darse en algún caso- Ingenieros muestra una contundente necesidad de disputar por aquello que denomina la ?argentinidad?, y en esa contienda la filosofía parece de gran ayuda. En ese sentido, en nuestro trabajo nos proponemos recorrer el texto de Ingenieros intentando descubrir allí los signos o las marcas de esa disputa. Algunas propuestas metodológicas contemporáneas -atentas a los diferentes niveles de lenguaje e interesadas en mirar más allá de lo dicho en el texto, postulando la importancia de reparar en las modalidades del decir- vienen en nuestra ayuda, permitiéndonos divisar detrás de los postulados teóricos y las lecturas históricas del libro un marcado interés por apropiarse de un sentido de la cultura argentina que disputa con algunas expresiones del nacionalismo. De este modo, el objetivo del trabajo es doble: es, por una parte, comprender el posicionamiento de Ingenieros y el marcado vínculo que establece entre una definición de filosofía y una definición de cultura nacional y, por otra parte, ensayar las potencialidades hermenéuticas de una lectura que, reconociendo en el texto mismo las marcas de un contexto, pueda ver en él las huellas de una disputa ideológica y política. Ambos objetivos confluyen finalmente si consideramos que, habiendo ejercitado una lectura con esas características, quizás podamos ir más allá de la pregunta acerca de qué dijo el autor y qué tan original o legítima era para él, en este caso, la filosofía argentina, para comprender sus desarrollos en un contexto político e intelectual en el que defender una u otra definición de filosofía era también competir por un lugar en la definición de la cultura argentina, con las potencialidades políticas que tal definición suponía.