Prólogo

MATTONI, SILVIO; BATAILLE, GEORGES

La experiencia interior. Suma ateológica I

El cuenco de plata

Lugar: Buenos Aires; Año: 2016; p. 5 - 13

Quizás lo único que debería añadirse aquí, teniendo en cuenta que a esta nueva traducción se suman medio centenar de variantes y desarrollos inconclusos que nunca se editaron antes en español, es que dichos manuscritos inéditos aumentan, como con una lupa de múltiples cristales diminutos, el efecto de un libro interminable, y al mismo tiempo la autenticidad de su impulso. Incluso en una de esas variantes que Bataille nunca publicó, se dirige en segunda persona a su lector y lo incita a tener una experiencia, aunque ésta implique, casi necesariamente, el desprecio por el libro que tiene enfrente. Ese fragmento se titula ?De la angustia a la gloria?, y en cierto modo continúa o recibe los ecos de la faja que anunciaba la primera edición y que rezaba: ?Más allá de la poesía?. La poesía, como el libro, como el pensamiento, se entrega a la angustia que suscita el lenguaje, en la medida en que es insuficiente, en tanto que su articulación de unidades obstruye el ansia de una totalidad desarticulada, el cuerpo; por otro lado, en esa herida del lenguaje que sólo un sacrificio de palabras hace perceptible, a través de su apertura, se encontraría la ?gloria?. La comunicación, que enlaza a dos seres incompletos por medio de su inacabamiento esencial, provocaría alguna especie de indiferenciación entre el autor y el lector, y ahí se daría la experiencia. Sin embargo, el libro no deja de fracasar, en el mismo momento en que quiere ser un libro, cuando la experiencia habrá sido la de querer serlo todo. El libro discontinuo se detiene siempre ante el continuo ilimitado de la experiencia que intenta comunicar. Las variantes y los planes de continuación, la misma intención de Bataille que proyecta la Suma ateológica con otros dos libros como en una trilogía aún menos sistemática, dan cuenta una y otra vez del cuestionamiento que la escritura le hace a lo escrito, o más bien que la experiencia le hace al lenguaje. La autenticidad de la experiencia debería traducirse en la autoridad con la cual cada fragmento, cada relato o cada ensayo o cada poema, cuestiona todo. Las notas marginales cuestionan el libro, la trilogía será cuestionada por otra trilogía, inconclusa, que debería disponer de manera menos personal los ?resultados? de la experiencia. Pero hablar de ?resultados? le quitaría a la experiencia su soberanía, su insubordinación, y entonces quedaría desautorizada, serviría para algo que ella no es.