Encender una lámpara, evocar una imagen. Cruces posibles entre cuerpo y escritura.

ADRIANA CANSECO; MAURO CÉSARI; ANUAR CICHERO; MARCELO DÍAZ; PAULA LA ROCCA; FRANCA MACCIONI; JAVIER MARTÍNEZ RAMACCIOTTI; GABRIELA MILONE; ANA NEUBURGER; MARIO ORTIZ; ROCÍO PAVETTI; SILVANA SANTICCI; BELISARIO ZALAZAR

Papeles cruzados. Apuntes pera un encuentro

Autor

Lugar: Córdoba; Año: 2014; p. 7 - 12

La escritura toca los lindes del cuerpo, pero advierte Nancy, que esto no supone significar el cuerpo sino tocarlo y esto ?ocurre todo el tiempo en la escritura? . Poner en juego el cuerpo en la escritura supone tocar y ser tocado, incluso más allá de la muerte, por el lenguaje en su función primera de evocar imágenes haciendo volver al día del sentido lo que ha sido devorado por la oscuridad de la noche prelingüística. "No hay escritura que no toque?, porque no hay escritura que no suspenda el tiempo. Algo sucede en la escritura y ese algo tiene lugar en el cuerpo: ?tocar el cuerpo con lo incorporal del sentido y en consecuencia hacer que lo incorporal conmueva tocando de cerca o hacer del sentido un toque?. Escribir el cuerpo para olvidar el cuerpo: esto supone llevarlo hasta su límite para restituir lo olvidado. Memoria del cuerpo-lenguaje que se recupera por contacto.