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Resumen:En el ingreso al enigmático ensayo que se titula La metáfora y lo sagrado ?y hablar de ?ingreso? quizás sea también una metáfora, un exceso, puesto que no entramos a un recinto cerrado?, Murena propone desarrollar un arte que de alguna manera se opondría al gesto moderno por excelencia. Se trata del ?arte de volverse anacrónico?. ¿Será un arte posible o tan sólo algo pensable? En cierto modo, este breve libro de Murena podría ser una muestra, un producto de la mirada anacrónica, de una aspiración a lo intemporal en sus temas y en sus frases. Hablar de lo sagrado, como si fuera no un concepto sino una experiencia antropológica fundamental y velada, es decir, evidente en todas las prácticas religiosas, implica ya evitar el problema de las épocas. Tal cuestión ?¿por qué nací en esta época, cómo me definió el presente y su origen en un pasado inmediato, tan contingente como inamovible?? indica una intención de Murena, que se expresaría así: no dejarse pensar por la época, resistirse a ser pensado por lo que está dado. Y decía que de alguna manera este ensayo, con su gesto de adiós al devenir de un pensamiento que antes había pasado por profecías hechas al presente y sobre todo al lugar de nacimiento y sus ausencias de sentido, podría cumplir con el precepto del anacronismo, o al menos de lo inactual.