IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Pérdida de lo inasible
Autor/es:
MILONE, MARÍA GABRIELA
Libro:
Variaciones Orfeo
Editorial:
Alción Editora
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2012;
Resumen:
Nos preguntamos por la experiencia de la pérdida, y seguimos el camino que abre Blanchot en sus reflexiones (fundamentalmente de aquellas que se centran en el personaje de Orfeo, personaje en el que se podría reconocer la figura por excelencia de la imposibilidad porque es para este autor que la experiencia extrema y radical de la poesía es un imposible, una nada que se articula indefectiblemente "sobre la pérdida". La imposibilidad del habla poética se relaciona con el vacío que se abre ante  la experiencia que acontece en una pérdida: la de la palabra, la del lenguaje que nombra. No hay nombres para la nada vacía, y sin embargo la experiencia habla con ese lenguaje del afuera, vuelto hacia el infinito de su revés, de su canto hecho grito y de lo posible de cantar como imposible resto, residuo inclasificable. El revés del lenguaje se abre en la pérdida imposible de Orfeo, en su vuelta condenada que pierde lo que nunca tuvo: así parecen articularse Orfeo y la experiencia poética como "imposibilidad de la nada", como vuelta y revés de la mirada y del lenguaje que abren el in-finito e in-conmensurable"espacio poético" vacío en la extrema des-mesura de un deseo de lo que se vuelve indeseable. Deseo imposible el de Orfeo: su mirada vuelta hacia atrás, vuelta hacia la nada de todo revés, hacia el temblor incesante que acontece en el afuera del pensamiento y del lenguaje. Lo imposible de la pérdida es experiencia del afuera y desastre, de suspensión y neutro: así, Blanchot piensa lo impensable, lo inasible de la experiencia, lo sin-término, la nada, lo imposible mismo como intimidad con el afuera de todo lo pensable. La experiencia es la de la escritura del desastre en esta nada-de-lo-imposible, y es el vacío de una pérdida que se articula sobre la nada lo que vuelve incesantemente, como un murmullo o un eco de-nada. Porque no se trata de una pérdida-de-algo, sino de una pérdida sin término ni contenido, de una pérdida incesante que nada ha perdido, de un afuera suspendido que se piensa como pérdida pero tan sólo a condición de que no se postule algo perdido como contenido de esa pérdida.