IDEAN   23403
INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS "DON PABLO GROEBER"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Distintos pulsos de estructuración de la faja plegada y corrida de Ñirihuau (provincias de Río Negro y Chubut)
Autor/es:
TOBAL, JONATHAN; GIANNI, GUIDO; ECHAURREN, ANDRÉS; FOLGUERA, ANDRÉS
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Resumen:
En base a nuevas observaciones de campo, complementadas con dataciones radimétricas, este trabajo tiene como objetivo describir un conjunto de estructuras que afectan a las unidades mesozoicas que afloran en el sector más elevado de los Andes Nordpatagónicos. En los últimos años, diversos estudios estratigráfico-estructurales, realizados a lo largo de la faja plegada y corrida de Ñirihuau, se han focalizado en las secuencias neógenas que rellenan de este a oeste las subcuencas de El Bolsón y Ñirihuau (Encinas et al., 2011; Bechis et al., 2012; Orts et al., 2012; Ramos et al., 2012), y la cuenca de Gastre (Bilmes et al., 2013). Sobre la base de nuevas y precisas edades radimétricas, estos trabajos han permitido constreñir de manera mucho más precisa el evento contraccional Mioceno que estructuró los Andes a estas latitudes, dando lugar además al desarrollo de un antepaís fragmentado (Orts et al., 2012; Bilmes et al., 2013). Más aún, evidencias de estructuras contraccionales miocenas se registran cientos de kilómetros hacia el interior del continente (Sylwan, 2001; Bilmes et al., 2013). Con todo, la fase de construcción orogénica miocena no es la única que ha sido reconocida a lo largo del ciclo de estructuración andina. Eventos contraccionales acaecidos durante el Jurásico y el Cretácico han sido descriptos en el actual antepaís (Suárez y De la Cruz, 2000; Suárez y Márquez, 2007; Márquez y Navarrete, 2011), o han sido sugeridos en el sector interno de la faja plegada y corrida (Orts et al., 2012; Tobal et al., 2012). No obstante, las evidencias de campo que sustentarían estos eventos deformacionales son -a la fecha- escasas, tanto por la dificultad de acceso que presentan los afloramientos como por la incertidumbre que existe en torno a la estratigrafía mesozoica del sector interno de la cordillera. En cuanto a la estratigrafía mesozoica, cabe señalar que, entre las localidades de Bariloche y Esquel, existen al menos tres unidades volcano-sedimentarias desarrolladas entre el Jurásico Inferior y el Cretácico Inferior: la Formación Piltriquitrón, la Formación Lago La Plata y la Formación Divisadero, anteriormente agrupadas dentro del ?Complejo Volcánico-Sedimentario? (Giacosa et al., 2001). Distintas dataciones K-Ar (González Díaz, 1982), U-Pb (SHRIMP) (Aragón et al., 2012) y U-Pb (LAICPMS) (Bechis et al., 2012; Orts et al., 2012) en circones detríticos permiten discriminar temporalmente las unidades. Además, y en forma complementaria, 14 dataciones U-Pb (SHRIMP) efectuadas en el área del río Manso han permitido discriminar un pulso intrusivo, correspondiente al Batolito Patagónico, acotado en el Jurásico medio (~ 170 a 150 Ma; Castro et al., 2011), que coexiste espacial y temporalmente con las unidades mencionadas. En el cerro Pico Solo (~ 42º 20´ S), Orts et al. (2012) estudiaron la sucesión de unidades volcano-sedimentarias mencionadas. Allí, las volcanitas de la Formación Lago La Plata presentan geometrías de relleno de hemigrábenes; sobre las mismas, se apoyan discordantemente volcanitas de similar composición, pertenecientes a la Formación Divisadero. Estas observaciones coinciden con las realizadas más al sur, en el cerro Pirámide (~ 42º 55´ S), por Echaurren et al. (este congreso). En el puesto de Gendarmería Río Villegas (~ 42º 35´ S) y, al norte, en el Paso Puyehue (~ 40º 45´ S), edades U-Pb (LAICPMS - SHRIMP) obtenidas por Encinas et al. (2011) y Aragón et al. (2012) confirman la existencia de la Formación Divisadero al norte de los 42º S, tal como lo sugerían dataciones K-Ar previas (González Díaz, 1982). En la primera de las localidades, se observa un pico máximo de ~113 Ma en la distribución de edades de circones detríticos presentes en sedimentitas neógenas de la subcuenca de El Bolsón. A unos 25 km al oeste, en el cerro Bastión (~ 41º 32´ S), se han observado evidencias de fallas normales, desarrolladas en los granitoides del Jurásico Medio, que podrían haber controlado el emplazamiento de las volcanitas de la Formación Divisadero (y de la Formación Lago La Plata?). Estas fallas presentan, además, evidencias de inversión, lo cual explica el plegamiento de las rocas volcánicas de la Formación Divisadero y las fallas de atajo que montan los granitoides por sobre las volcanitas cretácicas. Aunque se ha estimado que los cuerpos intrusivos se emplazaron sub-superficialmente (Castro et al., 2011), las geometrías de contacto entre las unidades mencionadas y la correlación con las observaciones hechas al sur permiten inferir un evento de exhumación ocurrido ente el Jurásico Medio y el Cretácico Inferior, posiblemente relacionado con uno los primeros pulsos de estructuración de la cordillera nordpatagónica. La inversión de las estructuras correspondería a un pulso contraccional posterior, quizás desarrollado durante el Cretácico Superior, tal como se ha sugerido en otras áreas al sur y al este (Suárez y Márquez, 2007; Orts et al., 2012; Tobal et al., 2012).