IDEAN   23403
INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS "DON PABLO GROEBER"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis paleoambiental y estratigráfico secuencial de la Formación Remoredo (Jurasico Inferior) en el sur de Mendoza (depocentro Malargüe), Cuenca Neuquina
Autor/es:
BUCHANAN, A; KIETZMANN, D.A.; PALMA, R.M.
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Resumen:
Si bien en los últimos años el Precuyano ha cobrado gran interés para la industria de hidrocarburos debido a las perspectivas como reservorios en sectores de frontera, la Formación Remoredo no ha sido estudiada aún en detalle y la literatura geológica que hace referencia a esta unidad es realmente escasa (e.g., Lanés y Salani, 1998; Lanés y Palma, 1998). Con el objeto de estudiar los depósitos de la Formación Remoredo se levantaron 2 secciones estratigráficas en el área del anticlinal de Malargüe (arroyo Loncoche y cuesta del Chihuido). Se realizaron estudios sedimentológico-estratigráficos, basados en un detallado análisis de facies, arquitectura y procedencia, que permitieron comprender la evolución de los paleoambientes sedimentarios. Se definieron 8 litofacies y 5 facies siguiendo el criterio de Miall (1985), las que fueron agrupadas en 4 asociaciones de facies. La asociación de facies 1 está compuesta por las facies 1 y 2. La facies 1 consiste en una sucesión granodecreciente de hasta 8 m de espesor, con cuerpos lenticulares con elementos GB y SB y la litofacies Gcm, Gci, Gp, Sh y Sp. La facies 2 se caracteriza por ser granodecreciente, de hasta 4 m de espesor, con bancos lenticulares, desarrollo de elementos GB, SB y SG, y las litofacies Gmm, Gcm, Gci, Gp, Sh y Sp. Ambas facies se interpretan como fajas de canales entrelazados dominados por barras longitudinales y transversales gravo-arenosas. Los depósitos se inician con fuertes superficies erosivas (hasta 5 m), muestran una gran dispersión de las paleocorrientes, así como indicadores de alta tasa de canibalización asociada a la falta de espacio de acomodación. La participación de flujos de detritos (Gmm) y clastos tamaño bloque, permitió interpretar a la asociación de facies 1 como sistemas de abanicos aluviales caracterizados por fajas entrelazadas gravosas. La asociación de facies 2 se compone por las facies 3 y 5. La facies 3 es granodecreciente, de hasta 2 m de espesor. Los cuerpos son tabulares y contienen las litofacies Gcm, Gp, Gci, Sh y Sp, así como elementos SB, LS y LA. La facies 5 tiene espesores de 1 a 10 m y se caracteriza por las litofacies Fl y Fm, y corresponde al elemento FF. Estas facies se interpretan como fajas de canales entrelazados areno-gravosos y planicies de inundación, respectivamente. La asociación de facies 2 se interpreta como sistemas fluviales areno-gravosos con alta migración lateral. La asociación de facies 3 se compone por la facies 4 y 5. La facies 4 consiste en cuerpos tabulares de hasta 50 cm de espesor y contiene las litofacies Sp, Sh y Sm, así como los elementos SB, LS y LA. La facies 5 tiene espesores de hasta 1 m y se caracteriza por las litofacies Fl y Fm, y corresponde al elemento FF. Estas facies se interpretan como depósitos de canales arenosos de alta sinuosidad y planicies de inundación respectivamente. Esta asociación de facies se interpreta como sistemas fluviales efímeros de alta sinuosidad. La asociación de facies 4 está conformada por la facies 6, la que se caracteriza por las litofacies Fl y Fm, con espesores de hasta 20 m, entre los que se intercalan de manera subordinada cuerpos arenosos tabulares (Sm y Sp) con base erosiva, de 50 cm de espesor. La asociación de facies 4 está dominada por depósitos generados por decantación, por lo que se interpreta como sistemas lagos efímeros tipo playa lake. La sección del arroyo Loncoche se caracteriza por ser una sucesión heterogénea donde se reconocen todas las asociaciones de facies descriptas previamente, mientras que la sección de la cuesta del Chihuido se caracteriza por ser una sucesión homogénea definida por la asociación de facies 4. En la sección Arroyo Loncoche se utilizó el reconocimiento de superficies de valor estratigráfico, juntamente con el patrón de apilamiento y las variaciones de facies, lo que permitió el reconocimiento de 2 secuencias depositacionales compuestas cada una por un cortejo de baja acomodación (BA) y otro de alta acomodación (AA), de acuerdo con el modelo de Martinsen et al. (1999). La secuencia depositacional 1 se inicia con una superficie de incisión sobre el Complejo volcánico sedimentario El Fortín (Llambias et al. 2005). El límite superior coincide con otra superficie de incisión entre las facies 5 y 2, constituyendo el primer límite de secuencia (LS-1). El cortejo de baja acomodación (BA-1) está representado por la facies 1, 4 y 5 (abanicos aluviales que pasan a sistemas fluviales de alta migración lateral), mientras que el cortejo alta acomodación (AA-1) está compuesto por las facies 3 y 5 (sistemas fluviales efímeros de alta sinuosidad o sistemas de lagos efímeros). La secuencia depositacional 2 se inicia con una superficie de incisión que representa el primer límite de secuencia (LS-1), el límite superior coincide con la discontinuidad entre la Formación Remoredo y la Formación Bardas Blancas (Toarciano inferior ? Bajociano inferior). El cortejo de baja acomodación (BA-2) está representado por la facies 2 (abanicos aluviales), mientras que el cortejo de alta acomodación (AA-2) está representado por las facies 3 y 5 (sistemas fluviales efímeros de alta sinuosidad o sistemas de lagos efímeros). De la evaluación de los diferentes factores alocíclicos que pudieron haber controlado la sedimentación de los depósitos de la Formación Remoredo (e.g., clima, tectónica, etc.), los controles climáticos son descartados, ya que las tendencias reconocidas deberían tener una expresión a nivel regional en ambas secciones. Por el contrario, las variaciones el espacio de acomodación podrían estar asociadas a pulsos de actividad tectónica extensional. Siguiendo esta hipótesis, la falla principal del depocentro Malargüe debería haber estado ubicada en las cercanías de la sección Arroyo Loncoche (Fig. 1). Razón por la cual los cortejos sedimentarios baja acomodación BA-1 y BA- 2 se relacionarían a momentos de actividad de la falla, y donde el perfil de equilibrio de los sistemas fluviales debió reacomodarse al cambio del nivel de base, promoviendo la erosión y amalgamación de los depósitos de los sistemas depositacionales. Por el contrario, los cortejos de alta acomodación, estarían asociados a periodos de escasa actividad tectónica, donde el equilibrio del perfil de equilibrio fluvial puedo haberse restablecido, permitiendo sistemas caracterizados por una importante agradación vertical. Dada la homogeneidad de las facies en la cuesta del Chihuido, en esta sección no se han podido diferenciar superficies limitantes ni cortejos sedimentarios. El estudio de nuevas secciones será necesario para corroborar este modelo y terminar de comprender la evolución y sus controles sobre la depositación en el depocentro Malargüe.