IDEAN   23403
INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS "DON PABLO GROEBER"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
IMPORTANCIA GEOLÓGICA Y PALEONTOLÓGICA DE LA CUENCA JAMES ROSS, ANTÁRTIDA
Autor/es:
LIRIO, J.M.; CONCHEYRO, A.; AMENÁBAR, C.R.
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO; 2014
Institución organizadora:
Univ. Nacional de Córdoba-CONICET
Resumen:
El 98 % de la superficie del continente antártico está cubierta por hielo. Sin embargo, en el norte de la península Antártica se registra una amplia región cuya superficie se encuentra libre de hielo y es donde se localiza la cuenca James Ross. Esta cuenca se extiende desde el margen oriental de la península hasta el borde de la plataforma continental e incluye la mayor parte de las rocas expuestas al NE de la península Antártica. La cuenca James Ross fue propuesta por del Valle et al., (1992) como la subcuenca norte de la cuenca Larsen. El límite entre ambas subcuencas se sitúa en la península Jason, que es un alto estructural compuesto por rocas volcánicas mesozoicas pertenecientes al Grupo Volcánico Antarctic Peninsula. Dicho carácter de alto estructural fue luego confirmado por el hallazgo de troncos fósiles (del Valle et al., 1997). En particular, la cuenca James Ross es una cuenca sedimentaria de retroarco situada a una alta latitud austral. Posee una sedimentación que excede los 6.000 m de espesor e incluye sedimentitas marinas jurásicas a paleógenas (145 a 30 millones de años, respectivamente) y rocas volcánicas cenozoicas de hasta unos 10 millones de años pertenecientes al Grupo Volcánico Isla James Ross (Nelson 1966). El estudio geológico y paleontológico de esta cuenca comenzó a principios del siglo XX. La importancia de este estudio radica en la gran variedad de rocas sedimentarias y volcánicas reconocidas en la zona, que representan variados ambientes deposicionales (principalmente marinos) y geotectónicos (Rinaldi et al., 1978; Elliot 1988; Marenssi et al., 1998; Olivero 2012). El patrimonio paleontológico de la cuenca James Ross es muy vasto. El primer registro paleontológico del continente Antártico corresponde al capitán Carl A. Larsen (1892-1893) quien halló madera petrificada en la isla Marambio (Stilwell y Long 2011). Durante la larga estadía de la expedición sueca en la Antártida (1901-1903), comandada por el Dr. Otto Nordenskjöld y con la participación del Alférez Sobral, se obtuvieron importantes datos geológicos, geofísicos y paleontológicos; estos últimos incluyeron el hallazgo de gran cantidad de flora y fauna fósil. Esta información permitió determinar los grandes cambios climáticos y ambientales que sufrió el continente antártico. Entre los más relevantes hallazgos se reconocieron pingüinos cenozoicos de 2 m de altura, fragmentos de ballenas, bivalvos pectínidos de edad pliocena (3,65-2,8 millones de años) alojados en el "Conglomerado con Pecten" y estos últimos sugerirían la existencia de aguas relativamente cálidas en Antártida hasta el Plioceno (Gazdzicki y Webb 1996). El primer hallazgo de dinosaurios en Antártida se situó en la isla James Ross y correspondió a un anquilosaurio (Olivero et al. 1991) y posteriormente se encontraron restos de un hipsilofodonte y un hadrosaurio en la isla Vega (Case et al. 2000). En estas islas también se hallaron numerosos reptiles marinos, como los plesiosaurios, mosasaurios y tortugas (De La Fuente et al. 2010) y restos de aves, como así también numerosos grupos de invertebrados y flora fósil de edades cretácicas (70-65 millones de años). La isla Marambio ha sido considerada como la ?piedra de roseta? de la paleontología antártica o como un santuario paleontológico. Allí afloran sedimentitas cretácicas y cenozoicas portadoras de abundante flora y fauna fósil, entre los que se pueden mencionar: hojas de Nothofagus, flores de angiospermas, amonites, bivalvos, gastrópodos, equinodermos, decápodos, braquiópodos, tiburones, peces teleósteos, tortugas, plesiosaurios, aves (incluidos los más antiguos pingüinos gigantes), mamíferos marinos (incluida la ballena más antigua), marsupiales primitivos, foraminíferos, palinomorfos y nanofósiles calcáreos (Reguero et al. 2002; Concheyro et al. 1991). En esta isla se ha localizado, mediante la distribución estratigráfica de megafaunas, microfaunas y microfloras, la existencia del límite Cretácico-Paleógeno, el que es confirmado a través de la fuerte extinción observada en la fauna de amonites y asociaciones de foraminíferos planctónicos y nanofósiles calcáreos (Huber 1988). La cuenca James Ross fue afectada por intenso vulcanismo durante los últimos 10 millones de años provocando la intercalación de numerosos depósitos glacimarinos fosilíferos entre las rocas volcánicas. Dichos depósitos se sitúan principalmente en las islas James Ross, Marambio y Cockburn, los que contienen valiosa información sobre la evolución de las calotas de hielo antártico entre el Mioceno y el Pleistoceno (Hambrey et al. 2008; Caramés y Concheyro 2013). En la isla James Ross y en los núnataks Foca existen diques basálticos con xenolitos de olivino que brindan valiosa información del manto infrayacente a la cuenca. La presencia de numerosos cuerpos de agua en el grupo insular James Ross, ha permitido la obtención de testigos sedimentarios lacustres, que junto a los afloramientos sedimentarios glaci-marinos elevados son valiosos archivos sedimentarios para estudiar los cambios ambientales ocurridos durante el Pleistoceno tardío ? Holoceno. Adicionalmente, los testigos de hielo obtenidos en el Domo Haddington, situado en la isla James Ross, han proporcionado un valioso archivo paleoclimático de las mismas edades, en una región del planeta donde han sucedido los mayores incrementos de temperatura durante los últimos 50 años.