INVELEC   23402
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOBRE EL LENGUAJE Y LA CULTURA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La escuela secundaria y la construcción de ciudadanía: el voto joven en Tucumán
Autor/es:
FERREIRO, CLAUDIA; CERISOLA MORENO, M. PAULINA; AMADO, NÉSTOR ADRIÁN
Lugar:
San Miguel de Tucuman
Reunión:
Congreso; Congreso Internacional Educación y Política; 2019
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Letras - UNT
Resumen:
Resumen ampliado:La democracia es un régimen político que permite a la sociedad elegir a sus gobernantes a través de la realización de elecciones periódicas, libres, limpias y competitivas. En esta instancia, elegir y ser elegido es un derecho político de todo ciudadano y una responsabilidad cívica ineludible. Sin lugar a dudas, el derecho de todo ciudadano a emitir su voto es uno de los actos más sublimes de todo régimen democrático, y esto es así porque es el instrumento a través del cual la sociedad puede libre y periódicamente participar en la determinación de la orientación política general mediante la designación de sus representantes o mediante la votación de aquellas propuestas que les sean sometidas a su consideración. (Abboud y Busto, 2013, p.20)La Ley de Ciudadanía Argentina N° 26.774 promulgada el 1° de noviembre de 2012, constituye un nuevo paso en el proceso de construcción de ciudadanía al ampliar el derecho a votar, aunque voluntariamente, a jóvenes con 16 años cumplidos . Más conocida como ley de voto joven, constituye una ampliación de los derechos políticos a esta franja etaria, dado que no solo les ofrece la posibilidad de ejercer una mayor influencia en la agenda política sino también ser parte de la toma de decisiones en este terreno (Mateos y Moral, 2006). Además, como lo señalan Cereijo y Tejerizo (2014), se presenta como una herramienta que apunta a quebrantar estigmatizaciones y avanzar hacia situaciones más igualitarias.La literatura empírica sobre el voto joven en nuestro país todavía es incipiente. Desde una mirada agregada, Torre (2016) describe las principales características de la implementación del voto joven en las elecciones generales legislativas de 2013, posterior a la sanción de la ley, para los distritos de Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Encuentra que 20% de los jóvenes de 16 y 17 años participó efectivamente en las elecciones. Estimaciones propias señalan que la participación de los jóvenes en las elecciones nacionales, esto es, los menores votantes con relación a los electores menores en 2013 es 56%, en promedio para los circuitos electorales de nuestro país. Luego, en las elecciones generales de 2015 se incrementa a 59% para en 2017 disminuir a 51%. Cabe notar la mayor importancia de la elección de 2015 y su esperada mayor participación donde se elegía presidente y vicepresidente a diferencia de las de 2013 y 2017 para diputados nacionales.Para el caso de Tucumán, la participación electoral de jóvenes de 16 y 17 años en las elecciones de 2015 es 52%. Además, sabemos que un 60% de estos están contenidos en la escuela secundaria y tienen una participación electoral estimada de 64%. Luego, el 40% de nuestros jóvenes que no se encuentran en la escuela secundaria tuvieron una participación electoral de 10%. Los objetivos de este trabajo son analizar la visión que construyen los estudiantes de educación secundaria de Tucumán sobre el voto joven con respecto a su participación social y educativa y reflexionar sobre el rol de la escuela secundaria en la construcción de ciudadanía.Los destinatarios de nuestro trabajo de campo, son adolescentes/jóvenes que asisten a la Escuela Secundaria. Para caracterizar a esta población, nos valemos de los aportes de Rascovan (2012) cuando explica el término adolescencia desde tres grupos de rasgos a saber: -Dimensión biológica: denominada pubertad: se producen cambios físicos notorios. En algunos grupos sociales, dichos cambios posibilitan el Ingreso al mundo sociocultural: ?adolescencia? (sociedades occidentales); con sus distintos ritos de ?iniciación? a lo largo de la historia.-Dimensión psicológica: se produce un marcado proceso de búsqueda: sobre la propia identidad ¿?.quien soy?? Además, dicha etapa se atraviesa de modo conjunto con tres tipos de duelos que realizan los adolescentes: del cuerpo infantil, de sus representaciones acerca de los padres de la infancia y de su propio rol de niño. -Dimensión sociológica: se realiza una distinción por edades (adolescentes-jóvenes): los que crean, recrean o copian formas culturales que se distinguen de otros grupos sociales. De modo metafórico, se menciona tres formas de ?verlos?: juventud dorada, juventud blanca y juventud gris.El corpus empírico de este trabajo corresponde a 1.440 estudiantes encuestados en 39 escuelas seleccionadas aleatoriamente en 2016 , de los cuales 957 señalan haber votaron en las elecciones presidenciales de 2015, esto es, una participación electoral de 66,5%. En particular, los jóvenes de 17 años presentan una participación de 58,8% mientras que aquellos de 18 años 71,5%, ambos de 16 y 17 años en la elección de 2015, respectivamente. La participación electoral en la provincia de Tucumán fue de 82%.Entre los estudiantes que votaron, 52% son mujeres, 85% concurren a escuelas de un ámbito urbano, 67% de los estudiantes asisten a escuelas de gestión estatal y 78% de ellos no trabaja. Por su parte, aquellos estudiantes que no votaron presentan un perfil similar a los que lo hicieron, que se confirman con pruebas estadísticas formales. Además, es interesante destacar que de los estudiantes que manifiestan trabajar, en su mayoría votaron (69%).Los estudiantes que señalan tener padres y madres con nivel educativo superior (universitario y no universitario) son los que presentan mayor participación electoral en comparación a aquellos estudiantes que no votaron. Incluso, una mayor relevancia de la madre antes que del padre en la decisión de votar o no. Desde una mirada demográfica, los departamentos de la provincia con menor densidad poblacional tienden a presentar mayor participación electoral juvenil.Otro rasgo que destacamos de los estudiantes que votaron es su mayor participación en las redes sociales (43%) y en las actividades deportivas, recreativas y culturales (36%). En menor medida participan en organizaciones religiosas (12%), en organizaciones barriales y comunitarias (5%) y agrupaciones políticas (4%).Por su parte, los estudiantes que señalan formar parte de agrupaciones políticas presentan un mayor nivel de participación electoral (90%), seguidos por aquellos que lo hacen en organizaciones barriales y comunitarias tales como ONG y Fundaciones (74%).De la amplia y variada oferta de actividades que propone la escuela, las deportivas, recreativas y culturales (32%) son las que presentan un mayor nivel de participación en los estudiantes encuestados que votaron. Además, los estudiantes que intervienen particularmente en las actividades de comunicación (radios, revistas, otros) y en el centro de estudiantes son los que tienen la mayor participación en las elecciones de 2015, 77% y 73%, respectivamente.Desde el análisis de contenido, mediante el método comparativo constante, de las respuestas a ¿Qué opinas sobre el voto a los 16 años?, los resultados señalan que 58% de los jóvenes tucumanos escolarizados manifiestan estar en desacuerdo con el voto joven mientras que el 33% de acuerdo. Solo el 9% de los estudiantes no contesta, no sabe o no tienen opinión. Para los estudiantes que manifiestan estar de acuerdo con la medida, las categorías construidas a partir de las unidades de significado dan cuenta de las siguientes cuestiones:El derecho a poder elegir y a la libre expresión; a ser escuchados; con capacidad de decidir; derecho a participar mediante el ejercicio del voto; a sentirse parte de la vida política; a votar como una instancia de aprendizaje; a votar con consciencia/responsabilidad/educación; muy pocos estudiantes manifestaron desinterés por la política o haber asociado la respuesta a características propias de la adolescencia como ser la madurezPor su parte, los estudiantes en desacuerdo con la medida manifiestan no estar capacitados, preparados, listos ni tampoco saber (32%) seguida por considerarse inmaduros, no ser conscientes ni entender (15%). Luego, señalan no estar informados e interesados (10%). También, refieren a la medida como un intento de obtención de votos y el clientelismo (9%), se consideran influenciables y fácilmente manipulables (9%), se muestran en desacuerdo en general (9%) y al hecho de ser aun jóvenes y menores para votar (9%). Finalmente, algunos jóvenes refieren a la consistencia que la medida no tiene (4%) y la falta de responsabilidad de los jóvenes ante el voto joven (3%).Estos argumentos son consistentes con la concepción de ciudadanía de estos jóvenes estudiantes, conciencia de derechos, sentido de pertenencia y participación social (Amado, 2017), que no los ubica en un papel de meros electores sino en ciudadanos socialmente responsables como para votar responsablemente, que al menos no los diferenciaría de aquellos jóvenes de 18 años (Hart y Atkins, 2011).Las ideas elaboradas por los estudiantes con respecto al voto son consistentes con las dimensiones propuestas por Rascovan (2012) acerca de los rasgos de la adolescencia. En cuanto a la dimensión psicológica se infiere desde ?Sentirse capaces y con derecho a elegir, a expresarse libremente, a ser escuchados, con capacidad de decidir?; la dimensión sociológica desde expresiones tales como el ?derecho a participar, a sentirse parte de la vida política, a votar como una instancia de aprendizaje? y la dimensión biológica a través de ?votar con consciencia o al haber asociado la respuesta a características propias de la adolescencia como ser la madurez?Se señala la importancia de la escuela secundaria en tiempos donde su papel es puesto en tela de juicio. Sin embargo, para los estudiantes es un organizador social, el lugar donde eligen estar (Ferreiro, Cerisola y Zabala, 2017).El desafío de la escuela de hoy es abordar el aprendizaje de la participación ciudadana y democrática principalmente a través del centro de estudiantes y de las redes sociales.Nuestros hallazgos sugieren no solo diferencias significativas en la participación electoral de jóvenes incluidos en la escuela secundaria de aquellos que no lo están. En palabras de Bacher (2016) refiere a ciudadanos libres, educados e informados, iniciados en el camino de la emancipación, capaces de incidir en y transformar sus comunidades a diferencia de aquellos que no están en la escuela, que pierden el acceso al conocimiento, es decir, a las herramientas que les permiten ejercer plenamente sus derechos y deberes.Por ello, después de 13 años de obligatoriedad de la educación secundaria, no podemos dejar de reconocer la importancia que tiene en la formación ciudadana, especialmente como escenario de posibles prácticas democráticas en la que todos los jóvenes tienen el derecho a ser parte.PALABRAS CLAVE: escuela secundaria - ciudadanía - voto joven - participación