?El arte de lo precario: algunas notas sobre la poesía de Glauce Baldovin?

DENISE LEÓN

Tucumán

Jornada; VII JORNADAS NACIONALES DE LA RELA (Red Interuniversitaria de Estudios de las Literaturas de la Argentina) ?Itinerarios, perspectivas y cruces?; 2018

IILAC, UNT

Tal como lo entiende Judith Butler, la condición precaria es eso que define lo humano. Un estar expuestos al cuidado o la violencia del otro, una fragilidad originaria que nos impele al vínculo, a poner el cuerpo. Pero la precariedad también es el efecto de ciertas prácticas políticas que agravan la fragilidad distinguiendo qué vidas merecen ser vividas y cuáles pueden ser empujadas hacia la muerte y el olvido voluntario. La poesía como un arte de lo precario, del desastre, pero también como un ejercicio de la resistencia, es una especie de rumor sordo que recorre toda la obra de la poeta cordobesa Glauce Baldovin (1928-1995) y nos permite leer allí una especie de bitácora personal, o un repaso de los saberes o las lecciones del náufrago, o mejor, la náufraga. Podría decirse que, por definición, el náufrago es alguien que lo ha perdido todo, y que debe, a partir de una ajustada economía de recursos, volver a construir el mundo. Desde esa pérdida, es que el yo se mide y se reconoce, volviendo a enunciar el mapa de la tradición y la cultura. En tierra de nadie, la soledad engendra la palabra y una serie de rutinas para sostener la existencia. El secreto es que también hay belleza, parecen decirnos los versos de Baldovin. Mi trabajo se propone indagar, entonces, cómo la obra de la escritora cordobesa se construye y se trama a partir de los saberes del náufrago, tal como Robison Crusoe los resumiera en el primer párrafo de su diario: el miedo, la pobreza, el anhelo de otros como él y la presencia de las bestias.