INVESTIGADORES
CATANZARO Gisela Mara
congresos y reuniones científicas
Título:
Benjamin. Verdad, justicia y felicidad en la historia
Autor/es:
CATANZARO, GISELA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Seminario; III Seminario Internacional Políticas de la Memoria “Recordando a Walter Benjamin: justicia, historia y verdad. Escrituras de la memoria”; 2010
Institución organizadora:
Centro cultural de la memoria Haroldo Conti, UBA, BN, DAAD, CFA, Paris 8
Resumen:
En su libro sobre el Trauerspiel, W. Benjamin dispone algunos de los elementos que se asociarían a un “conocimiento redentor”: “la verdad no es un desvelamiento que anula el secreto –escribe- sino una revelación que le hace justicia”. Un conocimiento que no hace justicia a lo conocido no puede reclamar para sí la verdad. Pero hacer justicia a lo conocido no es, particularmente en lo que respecta al pasado -y a pesar de Hegel- justificarlo, hallando un sentido para el dolor padecido y permitiéndole así acceder al Reino, introduciéndolo en la inmortalidad, sino interrogarlo a la luz de la idea sobre la que “tiene que erigirse el orden de lo profano”, el mundo histórico, radicalmente discontinuo en relación a aquel: la felicidad. Así, un conocimiento que no haga justicia a lo conocido, no puede reclamar para sí la verdad y esa producción de justicia en el terreno de lo histórico debe tener en su centro el problema de la felicidad de los cuerpos caducos. Reflexionar sobre esta “extraña” -para los cánones más habituales del materialismo histórico-aleación entre verdad, justicia y felicidad, constituirá el objetivo del presente trabajo. De acuerdo a nuestra interpretación, antes que pretender adoptar la perspectiva de una normatividad trascendente alternativa, la noción de justicia cumple en el planteo benjaminiano, un papel negativo consistente en poner en evidencia y descomponer tanto la falsa plenitud del derecho como la de la ciencia en tanto procedimientos ajenos a la violencia, pero resistiéndose, al mismo tiempo, a postularse como un lenguaje positivo, disponible y alternativo. La “justicia” no nombra una perspectiva “otra” que la crítica podría adoptar, sino que constituye uno de los elementos centrales en el señalamiento de la violencia inherente y la falsedad de la pretensión de accesibilidad y disponibilidad del lenguaje de la crítica, planteando en cambio su formulación como una tarea que sólo puede tener lugar atendiendo a los contenidos y exigencias de materiales históricos determinados pero excesivos en relación a su identidad reconocible. “Hacer justicia” a los materiales históricos no es, de este modo, aprehenderlos “tal como fueron”, ni como figuras en el derrotero que conduce al presente, sino producir el lugar para que se revelen como algo complejo, como un “campo de fuerzas”, como una “constelación saturada de tensiones”, como algo que fue y que no pudo ser, como algo positivo en tanto sido pero también negativo en tanto trunco y nuevamente “positivo” en tanto deseo, en tanto pendiente. Uno de los nombres que Benjamin da a las construcciones que se proponen “hacer justicia” a la complejidad de lo real es el de “iluminaciones profanas”. Entendidas como figuras del conocimiento que deben probar su capacidad de revelar aspectos oscurecidos de la realidad (incluida la violencia implicada en la práctica cognitiva dominante) a través de composiciones alternativas de algunos de sus elementos, estas "iluminaciones" se resisten -no obstante- a tratar a los hechos como algo pasivo y disponible “que se deja narrar”. A diferencia de las reconstrucciones elaboradas a partir de la empatía, ellas implican la destrucción de las figuras disponibles, pero a la vez se niegan a ofrecernos una imagen positiva final con la cual identificarnos. Se trata, en breve, de composiciones en las que ha mutado no sólo el estatuto tradicional de la imagen, que pasa a ser ahora concebida como un inestable campo de fuerzas en tensión, sino también la constitución interna de las piezas, arrancadas del texto histórico antes que encontradas en la escritura, y “afiladas” por el intérprete como algo que, en lugar de presentar la docilidad y manejabilidad de un mero material inerte, “corta”, hace “tajos” en el presente y en la conciencia actual.