INVESTIGADORES
PILDAIN Maria Belen
artículos
Título:
Mecanismos de resistencia en Nothofagus dombeyi ante agentes estresores bióticos y abióticos en un contexto de Cambio Climático
Autor/es:
MASERA PABLO; PILDAIN MARÍA BELÉN; DALLA SALDA GUILLERMINA; RAJCHENBERG MARIO; DE ERRASTI, ANDRÉS; SARGENT ANNE SOPHIE; URRETAVIZCAYA FLORENCIA
Revista:
Patagonia Forestal
Editorial:
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EXTENSIÓN FORESTAL ANDINO PATAGÓNICA
Referencias:
Lugar: Esquel; Año: 2019
ISSN:
1514-2280
Resumen:
El coihue (Nothofagus dombeyi) es una de las especies que más destacan en los bosques andino patagónicos, principalmente en los parques nacionales Nahuel Huapi y Los Alerces, donde constituyen un recurso turístico, económico, de biodiversidad y patrimonial, que debe conservarse. Su madera es sumamente apreciada por su buena calidad y diseño, utilizada ampliamente en ebanistería y carpintería. En los últimos años, el coihue ha demostrado sensibilidad a eventos de sequías intensas, presentando decaimiento y mortalidad (Suarez y Kitzberger 2010, Amoroso et al. 2015, Suarez et al. 2015). Además, en determinados sitios húmedos de su distribución, en rodales puros, la especie ha presentado mortandad agrupada asociada a la presencia de patógenos y plagas. La madera cumple diversos roles en el árbol, como transportar y almacenar agua. Tanto su anatomía como la de sus células, influyen en las propiedades hidráulicas del xilema. Los diferentes cambios anatómicos que sufren determinan las propiedades en la madera, que durante los períodos de crecimiento, juegan un papel central en el funcionamiento del árbol. De forma hipotética, se puede decir que la madera es capaz de registrar la reacción del árbol a las variaciones entre la demanda y la disponibilidad de agua en el medio ambiente (Larson 1963), a partir de la cantidad y características del material producido.Existen estudios para Pseudotsuga menziesii que indican que la supervivencia de individuos, ante situaciones de sequía, está relacionada a mayores densidades de la madera en el leño tardío (Martinez-Meier et al. 2008). Otros estudios, para la misma especie, demuestran que la densidad está involucrada en la capacidad de mantener gran parte del xilema funcional durante este tipo de eventos (Dalla Salda et al. 2014), reafirmando los trabajos anteriores. Por tales motivos, a nivel interespecífico, la densidad es un buen estimador de la resistencia del árbol a la cavitación (Hacke et al. 2001, Delzon et al. 2010, 2014) y está vinculada a la relación de tejido conductivo y no conductivo (Stratton et al. 2000, Hacke et al. 2001, Bucci et al. 2004), sin embargo, a nivel intraespecífico, esta relación no se ha estudiado en muchas especies. Particularmente, para el coihue se ha propuesto que, debido a su fuerte segmentación hidráulica, la vulnerabilidad a la cavitación en las hojas resulta en la deshidratación de las mismas, seguida de la abscisión, cuando el potencial hídrico de las hojas disminuye fuertemente debido al estrés hídrico, lo que puede llevar a la inanición de carbono (Scholz et al. 2014).Siendo que, la vulnerabilidad a la cavitación en situaciones de sequía, podría estar estrechamente relacionada con la densidad de la madera, el análisis de la las propiedades de base de la misma, como la densidad o los mecanismos hidráulicos, y sus efectos sobre la capacidad de conducción del agua, permitirían comprender mejor los procesos adaptativos de la especie ante situaciones de cambio climático.Por otro lado, el déficit hídrico afecta la diversidad de la micobiota asociada a la especie, como también sus roles ecológicos. Mediante una limitación del metabolismo celular (Allen et al. 2010), relacionada a la falta de disponibilidad de agua, durante una sequía, las defensas de la planta se reducen y la predisponen al ataque de agentes bióticos.