INVESTIGADORES
FRANCO Marina
congresos y reuniones científicas
Título:
Algunas reflexiones en torno al acto de exilio en el pasado reciente argentino
Autor/es:
FRANCO, MARINA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; Coloquio Internacional Problemas de Historia Reciente del cono sur; 2007
Institución organizadora:
Universidad Nacional de San Martín, Universidad Nacional de General Sarmiento
Resumen:
En la mayoría de las memorias de condena del pasado autoritario, actualmente en circulación en la Argentina, así como en los discursos y políticas públicas y sectoriales sobre el exilio, éste es considerado otra forma más de la represión estatal y paraestatal de los años 70, junto con la desaparición, la cárcel y la tortura, y sus protagonistas –los exiliados– son considerados víctimas de esa violencia. El exilio aparece entonces como una “condena”, una imposición absoluta derivada de las condiciones de extrema urgencia generadas por la persecución política o una suerte de “acto reflejo”, una “pulsión” de salvación de quienes se fueron del país en aquellas circunstancias, algunos directamente “expulsados”. En buena medida, este imaginario forma parte y es un resultado de la progresiva (y bienvenida) construcción de un consenso antidictatorial y una memoria fuerte de condena del terrorismo de estado que se inició en el inmediato período postautoritario, impulsada por los organismos de derechos humanos y por ciertas políticas estatales de los sucesivos gobiernos democráticos (aún a pesar de sus vaivenes).En lo relativo al exilio, puede decirse que en los primeros años postautoritarios hubo un breve período inicial de presencia pública del tema, para caer luego en un cierto silencio y marginación. Sólo en los últimos años esa experiencia y sus protagonistas han empezado a ser reconsiderados e invocados públicamente como parte legítima de una memoria antidictatorial. Este proceso, que analizaremos en este trabajo, se viene produciendo en el contexto de una nueva explosión testimonial que incluye relatos y voces de actores antes marginados y un más amplio reconocimiento y condena social de ese pasado “traumático” y de sus víctimas.