Las relaciones comerciales de Corrientes con el Paraguay (1841-1853)

ENRIQUE C. SCHALLER

Paraguay: Investigaciones de historia social y política II: Estudios en homenaje a Jerry W. Cooney

Tiempo de Historia

Lugar: Asunción; Año: 2016; p. 177 - 205

El presente trabajo analiza la vinculación comercial de la provincia Corrientes con la república del Paraguay durante el período de 1841 a 1853. En base a las guías de las aduanas de Corrientes se sintetiza la evolución del intercambio correntino-paraguayo, se evalúa la importancia que tuvo el tráfico para la economía provincia y se brinda información sobre el valor y composición del comercio exterior del Paraguay durante los primeros años del gobierno de Carlos Antonio López. En el lapso analizado la relación entre ambos Estados asumió características muy particulares debido a los problemas político-institucionales y económicos que se planteaban en la región rioplatense. Las nuevas autoridades del Paraguay estaban deseosas de abandonar la política de aislamiento que había aplicado Gaspar Rodríguez de Francia y establecer relaciones comerciales regulares con la Confederación Argentina. Este propósito, sin embargo, se veía obstaculizado por la firme oposición de Juan Manuel de Rosas a reconocer la independencia paraguaya. En este panorama el único aliado disponible era la provincia de Corrientes enfrentada en ese momento con el dictador porteño. Los acuerdos celebrados en julio de 1841 regularon la relación mercantil entre ambos estados por cerca de una década. Para Carlos Antonio López los convenios con la provincia sólo eran un modesto paso para alcanzar objetivos de mayor alcance: el reconocimiento de la independencia y la libre navegación del río Paraná. Sin embargo, hasta mediados de la década de 1840 estos designios estaban lejos de cumplirse y la inseguridad del tráfico fluvial requería del papel de Corrientes como plaza de depósito de mercaderías. Como resultado, la provincia cumplió el rol de intermediaria en la articulación mercantil del Paraguay con sus mercados de exportación. Sin embargo, a partir de la regularización del tráfico del Paraná en 1846 Corrientes ya no detentó en relación con su vecina la situación privilegiada de años anteriores ya que se multiplicaron los contactos directos Buenos Aires y otros distritos. En Corrientes el intercambio con el Paraguay favoreció a los comerciantes locales y atrajo a un contingente cada vez más numeroso de negociantes rioplatenses y extranjeros. Entre 1841 y 1846, la etapa de mayor intensidad del comercio, el flujo exportador de la provincia se amplió considerablemente con el aporte de productos del Paraguay. La participación de éstos osciló entre el 17% y el 40% del total de las remesas. También hay que destacar la significación de este comercio para el abastecimiento de la demanda local de yerba, tabaco y otros frutos agrícolas. Las importaciones del Paraguay oscilaron entre el 18% y el 55% del valor de los bienes ingresados a la provincia. Por su parte el Estado correntino incrementó sus ingresos con la percepción de los derechos aduaneros. Para el sector agrícola y artesanal, sin embargo, el masivo ingreso de frutos agrícolas similares a los correntinos significó la ruina definitiva de algunas producciones tradicionales. Con respecto al Paraguay, la vinculación mercantil a través de Corrientes reactivó el comercio de la república estancado a niveles muy reducidos por más de veinte años. Durante la primera mitad de la década de 1840 pese a la inseguridad y los repetidos bloqueos, la cantidad y el valor de las exportaciones paraguayas superaron a los valores de los mejores años del gobierno de Francia.