IBIGEO   22622
INSTITUTO DE BIO Y GEOCIENCIAS DEL NOA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis de Proveniencia de la Formación Quebrada de los Colorados en el Valle de Pucará, implicancias en las cuencas de antepaís andino, provincia de Salta
Autor/es:
ALEJANDRO ARAMAYO; PATRICIO PAYROLA; CECILIA DEL PAPA; FERNANDO HONGN
Lugar:
Salta
Reunión:
Congreso; XIII Reunión Argentina de Sedimentología; 2012
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología-Universidad Nacional de Salta
Resumen:
La cuenca de antepaís andina del noroeste argentino está dispuesta, en parte, sobre la cuenca de rift cretácico-paleógeno (Salfity y Marquillas, 1994; Carrera et al., 2006). Al respecto, Grier et al. (1991) proponen que la inversión tectónica de la cuenca rift, sumada a los comportamientos mecánicos diferentes entre zonas con y sin estructuras extensionales heredadas, controlaron el tiempo de levantamiento andino y el estilo estructural del antepaís. El Grupo Payogastilla constituye el relleno sinorogénico de las cuencas del antepaís y está constituido de base a techo por las Formaciones: Quebrada de los Colorados, Angastaco, Palo Pintado y San Felipe (Díaz y Malizzia, 1983; Díaz et al., 1987). Estos sedimentos descansan mediante discordancia sobre los depósitos de sinrift y posrift del Grupo Salta y sobre basamento neoproterozoico-paleozoico inferior. Estas unidades están preservadas en distintos valles intermontanos, de la Cordillera Oriental, que conformaban el antepaís. El valle de Pucará es uno de ellos, situado en el borde SO de la Cordillera Oriental, corresponde a un sinclinal con eje de orientación SSO-NNE, limitado a occidente por la falla de Jasimaná-Vallecito y a oriente por la falla de Quilmes. La cubierta sedimentaria de éste valle está compuesta por los depósitos de sinrift del Subgrupo Pirgua y las Formaciones Quebrada de los Colorados y Angastaco. En este trabajo se presentan un estudio preliminar de proveniencia efectuado en la Formación Quebrada de los Colorados (Eoceno medio-Oligoceno?) del valle de Pucará, con el objetivo de interpretar las posibles áreas de aporte, su evolución y compararlas con estudios similares realizados en áreas vecinas. La Formación Quebrada de los Colorados posee 453 m de espesor sobre el flanco occidental del sinclinal. Está integrada por bancos gruesos a muy gruesos de conglomerados guijarrosos, color gris rosado claro a blanquecino, con estratificación cruzada tabular, los que alternan con capas de areniscas gruesas, rojas, con estratificación cruzada y capas de limonitas arenosas rojas, macizas. Esta asociación de facies representa depósitos de relleno de canales anchos y someros, de baja sinuosidad y depósitos de llanura de inundación con esporádicos desbordes. Para el estudio de proveniencia se realizaron mediciones de paleocorrientes a partir de estratificaciones cruzadas y clastos imbricados y se realizó el conteo de clastos conglomerádicos (más de 100 clastos por estación utilizando una malla reticulada). Se destacan dos fuentes composicionales principales: rocas metamórficas de bajo a mediano grado (filitas, esquistos y gneises moteados) y rocas ígneas (leucogranitos, pegmatitas y cuarzo). En la sección inferior y media de la unidad, la proporción de los clastos metamórficos es mayor, con una relación de 3:2, en la sección superior continúa el predominio metamórfico, aunque disminuye la proporción de los plutónicos dando una relación de 3:1. Los resultados obtenidos a partir de la medición de paleocorrientes son: 1) desde el sudeste en las secciones inferior y media; y 2) desde el noroeste en la sección superior. De acuerdo con las direcciones de paleocorrientes los clastos metamórficos son interpretados como provenientes de la Formación La Paya y los clastos plutónicos como provenientes de La Tonalita Las viñas y el Granito Alto del Cajón, unidades que afloran en las sierra de Quilmes. Los resultados obtenidos, permiten proponer que el basamento de la parte septentrional de la sierra de Quilmes constituyó la fuente principal de suministro de detritos. Hacia el techo de la unidad, podría interpretarse un aporte menor desde el cerro Cuevas (rocas metamórficas) y desde el cerro Bayo (Granito Pucará; Villanueva, 1988), es decir desde sectores ubicados al noroeste y norte del valle de Pucará. Estas áreas señaladas son las que actualmente establecen los límites del valle y se deduce que en tiempos eocenos ya componían elementos positivos. De este modo, se interpreta una proveniencia local o próxima. Observaciones similares se han efectuado en el valle de Luracatao (pocos kilómetros al norte de área de estudio). Payrola et al. 2011 postulan que las Cumbres de Luracatao (compuestas por el Complejo Eruptivo Oire) estaban exhumadas en el Eoceno superior por lo que constituyeron la fuente principal de detritos, con aportes secundarios de rocas metamórficas provenientes desde la sierra de Cachi. Es decir que una proveniencia local para estos valles, se ajusta al razonamiento de que las fallas que levantaron las sierras que hoy constituyen los límites de las cuencas, se encontraban en algunos casos activas durante el inicio del depósito de la unidad sedimentaria eocena (Formación Quebrada de los Colorados). En diferentes ubicaciones de la transición Puna-Cordillera Oriental se han documentado los procesos de sedimentación-deformación para el Eoceno. El Valle de Luracatao (Payrola et al., 2009), el Valle de La Poma (Hongn et al., 2007), el flanco oriental del Cerro Tin Tin (Hongn et al., 2008), sinclinal del Tonco (Payrola et al., 2012) y sectores más orientales como el Valle de Lerma (del Papa et al., 2010), son algunos de los lugares en donde se reconocieron elementos estructurales y estratigráficos que permitieron definir la deformación eocena para estos valles intermontanos, los cuales habrían recibido aportes detríticos locales desde las sierras circundantes. En este sentido, el valle de Pucará también aporta evidencias que ayudan a reconocer eventos de levantamiento y exhumación, permitiendo distinguir los inicios del acortamiento en el antepaís andino, el cual concordaría con un modelo de antepaís complejo, con proto-valles intermontanos separados por altos estructurales que generaban diferentes grados de conectividad entre los depocentros.