CIRCUITOS DE CÉLULAS EFECTORAS Y REGULATORIAS EN INMUNIDAD INNATA Y ADAPTATIVA: INTEGRACIÓN DE ANTIGUOS Y NUEVOS ACTORES

SILVIA DI GENARO; GABRIEL A. RABINOVICH

BASES DE INMUNOLOGÍA

Centro Editorial UPCH (Univ. Peruana Cayetano Heredia)

Lugar: Lima; Año: 2012;

UNA RED DINÁMICA DE CÉLULAS Y MOLÉCULAS CONFORMAN EL SISTEMA INMUNE El sistema inmune constituye un sistema de defensa que ha evolucionado en los vertebrados para reconocer y eliminar una variedad ilimitada de agentes patógenos. Para poder llevar a cabo esta función mantiene una comunicación constante con el medio ambiente sensando señales de peligro para el organismo y generando una enorme variedad de células y moléculas que actúan en conjunto en una red compleja, dinámica y exquisitamente flexible. Así, para cumplir su función, el sistema inmune debe realizar como primera tarea un reconocimiento de la gran variedad de noxas que invaden diariamente el organismo. En este reconocimiento, el sistema inmune discrimina entre componentes propios y extraños, fenómeno que constituyó durante muchas décadas el paradigma fundamental de la Inmunología. Este reconocimiento es llevado a cabo por leucocitos del sistema inmune innato y por linfocitos del sistema inmune adaptativo. Luego de detectar el agente extraño, el sistema inmune debe eliminarlo completamente, para lo cual pone en marcha funciones efectoras en las que participan células y moléculas de la inmunidad innata y adaptativa. Así, el sistema inmune puede convertir el reconocimiento inicial en diferentes respuestas efectoras que resultan adecuadas para la eliminación de un tipo particular de agente patógeno. Simultáneamente, la respuesta inmune debe mantenerse bajo control para evitar el daño de los tejidos. Esta habilidad del sistema inmune para autocontrolarse es lo que se conoce como tolerancia o regulación inmune y constituye una propiedad fundamental, ya que una falla de la misma conduce al desarrollo de procesos inmunopatológicos y enfermedades autoinmunes.