Puja de modernizaciones y relaciones económicas chino-latinoamericanas en un mundo en crisis

OVIEDO, EDUARDO DANIEL

Tandil

Seminario; Seminario Internacional ?Regionalismo y Relaciones Internacionales: Sudamérica, China, Europa?; 2011

UNICEN

El siguiente estudio estratifica a las principales economías por su tamaño y, en función del principio de Pareto, confirma la tendencia a la desconcentración económica mundial en la primera década del siglo XXI. Esta desconcentración está relacionada con el ascenso de los países asiáticos en la estructura económica mundial, los cuales basados en procesos de modernizaciones demuestran que es posible ascender en la misma y ocupar posiciones en el Directorio mundial de grandes potencias económicas, como muestra los casos de China, Japón, India y Rusia. Al mismo tiempo, el ingreso de estas naciones en el Directorio genera una contra tendencia que tiende a la re-concentración del poder económico. Por lo tanto, la desconcentración y la re-concentración conjugan las fuerzas económicas contrapuestas de las naciones a principios del siglo XXI, teniendo en consideración que aún no se ha alcanzado el óptimo paretiano y que existe márgenes de expansión de la tendencia a la desconcentración económica. El ingreso de China al Directorio mundial es un caso especial dentro de este grupo de naciones. En efecto, debido a las características de modernización autoritaria, sobre la base de un régimen político de partido único, representó una verdadera perturbación a los sistemas políticos latinoamericanos, en la medida que pone al descubierto el fracaso de las dirigencias latinoamericanas en impulsar modernizaciones en la región, excepto el caso Brasil. Por eso, la investigación focaliza también en los factores internos y externos que propulsaron la modernización china y que pueden tener importancia en Latinoamérica: región caracterizada por democracias no consolidadas que han impreso una concientización anti-autoritaria, contradictoria con el régimen político chino. El estudio también presta atención a los intereses chinos y su interacción con los de los países de la región, conformando una red de intereses chino-latinoamericanos. Esta red está basada en las capacidades materiales e inmateriales de poder, las cuales determinan el posicionamiento de cada unidad política en la estructura internacional, gestando «relaciones de poder». Como resultado, surgen el «modelo Norte-Norte» para la interacción chino-brasileña y el «modelo Norte-Sur» para el vínculo de China con el resto de los países latinoamericanos. Dentro de este marco, aparecen el llamado dilema de los recursos no renovables; la complementación en recursos renovables; el cambio en la actitud de las inversiones chinas en la región; la competencia comercial en terceros mercados; así como la puja en los mercados locales, donde el dumping y el reconocimiento de China como una economía de mercado colisionan con las barreras antidumping. Estos factores, conjugados con la voluntad política de los gobiernos, muestras que existen unidades políticas que están satisfechas con la primarización de sus economías y la nueva división internacional del trabajo; así como aquellas unidades que tienden a la des-primarización económica, propulsando la industrialización y agregación de valor a sus productos. En el caso de los primeros, la cooperación sobrepasará a la tensión; en el caso de los segundos, la tensión aparecerá junto a la cooperación. Sin embargo, debido al estado incipiente de industrialización latinoamericana, la armonía y tensión de intereses coexistirá a corto y mediano plazo.