Un territorio difícil para la negociación colectiva nacional: el sindicalismo docente (1983-1992)

NARDACCHIONE GABRIEL

Revista Estudios del Trabajo

ASET

Lugar: Buenos Aires; Año: 2011 p. 27 - 42

0327-5744

Hasta su definitiva federalización (1992), el sistema educativo tenía una característica histórica: su carácter mixto. Durante todo el siglo XX el sistema osciló entre procesos de nacionalización y de federalización (o provincialización). Esto tuvo efectos sobre las políticas educativas, pero sobre todo en las relaciones laborales. Estas eran gestionadas por las jurisdicciones educativas. Es decir, por cada una de las provincias que estaban a cargo de la escuela primaria y por la jurisdicción nacional que estaba a cargo básicamente de la educación secundaria. En este marco, durante la década de los ochenta, el sindicalismo docente nacional (CTERA) emprendió una “cruzada política”. A través de una gran estructura de alianzas políticas y gremiales, intentó instalar la negociación colectiva a nivel nacional en el ámbito docente. Incluso, intentó instalar una estructura jurídica laboral homogénea (Nomenclador Básico Unico) que regulara las relaciones laborales de los docentes de todo el país. Esta tentativa política encontró dos obstáculos: la acción política de un gobierno nacional que se oponía a dicha estructura y dispositivos jurídicos jurisdiccionales que no daban lugar a dicha demanda. Dicho de otra manera, el gobierno de R. Alfonsín no reconocía la reivindicación mientras que los dispositivos del sistema educativo bloqueban la demanda política. Luego de analizar este proceso político e institucional, avanzaremos algunas reflexiones en torno a dos dimensiones relevantes para la instalación de una negociación colectiva: a) la actualización de una voluntad política y b) la vigencia (o la posibilidad de renovación) de dispositivos que viabilicen dicho proceso.