INVESTIGADORES
MYERS Jorge Eduardo
libros
Título:
Resonancias románticas. Ensayos sobre historia cultural argentina (1820-1890).
Autor/es:
BATTICUORE, GRACIELA; GALLO, KLAUS; MYERS, JORGE.
Editorial:
EUDEBA
Referencias:
Lugar: Buenos Aires.; Año: 2005 p. 308
ISSN:
950-23-1424-7
Resumen:
Resonancias Románticas: La producción cultural argentina entre 1820 y 1880 Graciela Batticuore, Klaus Gallo, Jorge Myers (compiladores) En los años transcurridos desde la instauración de la democracia en 1983, la historia política argentina, y sobre todo aquella referida al siglo XIX, ha experimentado una transformación de tal magnitud que sería lícito aplicarle el título algo desgastado últimamente de "revolución". Nuestros saberes acerca de los regímenes, las instituciones, las prácticas y los discursos políticos han sido completamente transformados tanto por los trabajos elaborados por historiadores jóvenes como por aquellos que han sido el fruto de las nuevas investigaciones de historiadores hace tiempo consagrados. Sucesivos congresos organizados con el propósito específico de mostrar los progresos en este campo –y los libros a que han dado origen-, han puesto de manifiesto que nuestro mapa actual del mundo político argentino del siglo XIX comienza a parecerse mucho más a la cartografía del English Ordinance Survey que a la de Mercator. Más aún, la nueva historia política de la Argentina –y sobre todo aquella del siglo XIX- ha pasado a estar colocada en el centro del campo historiográfico actual. Existe también otra región del campo historiográfico que se ha transformado muy rápidamente durante los últimos veinte años y que, al igual que la nueva historia política, ha pasado a ocupar el centro de su disciplina: la nueva historia cultural e intelectual. Mas, a diferencia de la historia política –que por su naturaleza intrínseca ha podido apelar para su renovación sobre todo a transformaciones ocurridas dentro de su propio espacio disciplinar- la nueva historia cultural ha surgido no sólo dentro de los estrictos límites de la disciplina histórica sino en el marco de un espacio de investigación y debate más abierto, de fronteras más permeables, configurado por el cruce de distintas miradas disciplinares y por la intervención, también cruzada, de todas ellas sobre un mismo objeto o conjunto de objetos. Tanto la crítica literaria y la historia de la literatura, como la sociología de la cultura, la antropología cultural, o las sub-disciplinas históricas altamente especializadas de la historia del arte, de la música, o de las ideas, han estado empeñadas en un activo proceso de diálogo, de intercambio de perspectivas, y de construcción de nuevos saberes acerca de las formas culturales desarrolladas en la Argentina durante su historia casi dos veces centenaria. Esta nueva historia cultural no se ha limitado a enfocar a un único aspecto del objeto ambiguo y de compleja elucidación que denominamos "cultura". Si nos limitamos a las dos definiciones clásicas del siglo XIX inglés –a aquella que entendía por "cultura" el modo de vida general de un pueblo y a aquella otra que veía en ese término una referencia directa a "la dulzura y la luz", es decir, a lo mejor que haya sido escrito y pensado- se podrá percibir muy rápidamente que la nueva historia cultural argentina, tal como ella se practica hoy, ha analizado la dimensión cultural de nuestro pasado en función de ambas perspectivas. Estudios sobre los duelos, sobre la sociabilidad, sobre las redes de parentesco, las creencias y prácticas populares, la "vida privada" en sus múltiples facetas, las complejas y a veces dolorosas experiencias articuladas por la sexualidad y la violencia en un país horadado por la guerra civil y las revoluciones: todos estos son temas que han sido el objeto de trabajos de investigación durante los últimos años. Al igual que en el caso de la nueva historia política, nuestro mapa de la configuración sociocultural de la Argentina durante el siglo XIX se ha visto notablemente transformado y, por qué no, enriquecido en su detalle. En estrecha proximidad a esos trabajos que han abordado a la cultura del siglo XIX desde una perspectiva más sociológica o antropológica –enfatizando las estructuras más que los procesos de significación, y las prácticas más que los productos acabados- ha surgido con inusitada fuerza una abundante producción sobre la cultura argentina del siglo XIX en su sentido más "arnoldiano" que, antes que desconocer el carácter enriquecedor de la otra perspectiva, la ha incorporado como insumo para el mejor desempeño de su propia interrogación histórica. La nueva producción en historia del arte, las nuevas historias de la literatura argentina, y la nueva historia cultural de la ciudad y de la arquitectura ofrecen, quizás, los mejores ejemplos de esta renovación en curso. En el caso del siglo XIX, el mayor impacto de esta nueva perspectiva ha sido sobre el romanticismo y sus alrededores –desde la producción neoclásica y prerromántica de la época rivadaviana hasta la producción artística y literaria de las décadas del ochenta y del noventa, cuando a pesar del surgimiento de corrientes como el naturalismo o el modernismo, las resonancias del romanticismo seguían haciéndose oir-. Si ello ha sido así, se debe sobre todo al hecho de ser éste un campo que no ha surgido como una pura renovación sino que ha podido establecer una continuidad –enriquecedora y decisiva- con los enfoques y trabajos surgidos de aquella primera "modernización" del campo cultural argentino durante el primer pos-peronismo: aquella de la generación de "Contorno" y de la nueva universidad argentina imaginada por José Luis Romero. En el caso específico del romanticismo, aquellas primeras síntesis de la nueva historia literaria formada al amparo de las iniciativas precursoras de Adolfo Prieto –cuya obra contribuyó a renovar de un modo decisivo los modos de interpretar la producción literaria de la época romántica-, y que hallaron cobijo bajó el estandarte valiente y prestigioso de Boris Spiwacow, llegando a contar con las contribuciones de críticos entonces jóvenes pero que hoy definen por su propia obra los parámetros de excelencia del campo de la historia literaria –como Beatriz Sarlo, Susana Zanetti, o María Teresa Gramuglio-, han ofrecido un acervo de interpretaciones y conocimientos adquiridos, una orientación y una agenda prospectiva sobre los cuales –y pese a los indudables giros ideológicos y teóricos que han tenido lugar desde entonces- erigir los nuevos enfoques de los últimos veinte años. El propósito de este libro es, pues, reunir una selección representativa de los nuevos trabajos sobre la historia cultural del romanticismo argentino en todas sus distintas facetas con la intención de ofrecer al público lector algo asi como un "estado de la cuestión". Éste, sin dejar de enfatizar –a través de la propia estructura organizativa del encuentro- las continuidades que unen a estos trabajos con un pasado reciente, procurará señalar también las rupturas que han hecho de esta área de investigación un espacio de renovación y hallazgo. El enfoque central estará colocado sobre "el momento romántico" (es decir el momento de mayor presencia y/o hegemonía de la corriente romántica en la vida literaria y artística de la Argentina) y sus "resonancias" en otros ámbitos de la vida colectiva de los argentinos. Pero como el impacto pleno del romanticismo es incomprensible en ausencia de algunas referencias, al menos, a aquello que vino antes y a aquello que vino después, los límites estrictos del período de mayor centralidad del romanticismo –1830-1880- han sido flexibilizados al momento de establecer la organización interna de este libro. La división en secciones adoptada ha respondido, por otra parte, al deseo de hacer tangible la diversidad temática y de enfoques que define a este campo hoy día. Es a partir del cotejo respectivo entre esas diversas miradas y objetos que se espera, finalmente, que este breve volúmen trascienda la mera intención de mostrar lo adquirido –por más importante que ello sea-, para contribuir a la producción de nuevos hallazgos, nuevas perspectivas, y una nueva visión de conjunto de su objeto de estudio, ese tan atribulado romanticismo nuestro.