IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Trayectoria intelectual y literaria de Manuel Ugarte (1895-1924)
Autor/es:
MERBILHAÁ, MARGARITA
Editorial:
Memoria Académica FAHCE UNLP
Referencias:
Lugar: La Plata; Año: 2011 p. 452
Resumen:
Resumen de mi tesis de doctorado publicado en el repositorio institucional Memoria Académica de la FAHCE, UNLP En el primer capítulo, el trayecto se centró en las Crónicas del bulevar (1902) que condensan el desdoblamiento de la práctica ugarteana, es decir su actividad literaria y la escritura de crónicas periodísticas con un sesgo político y sociológico. Uno de los rasgos característicos fue el establecimiento de diagnósticos acerca de las tendencias culturales europeas o latinoamericanas del presente, una operación retórica que puede leerse como indicio mismo de la modernización de las letras hispanoamericanas. En este capítulo puede verse el modo en que Ugarte evalúa el ejercicio de la crónica francesa, el caso Dreyfus, los congresos de la juventud o la Exposición Universal de 1900. Por un lado, me detuve en su recepción de la conferencia de Jaurés sobre el arte y el socialismo, a partir de lo cual pude describir las claves de su intervención intelectual: un socialismo eufemizado; la fe en la ciencia propia del ensayismo latinoamericano, aun cuando los observadores de la época conocían las doctrinas antipositivistas por las ediciones españolas de Sempere, por ejemplo. Finalmente, la interpretación del sentido indefectible de la humanidad hacia el socialismo y la necesidad de inscribir las prácticas artísticas en ese sentido, lo que le da argumentos contra el modernismo, al que tilda de individualista y residual. Por otro lado, la afirmación juvenilista ugarteana a través de la cual aparece un diálogo temprano con el discurso de Rodó: sus crónicas sobre la juventud francesa y sudamericana, respectivamente, encierran una concepción de ésta última como fuerza política. En el segundo capítulo, analizo su reflexión en torno a la identidad latinoamericana dio lugar a un progresivo abandono del dogma de la desigualdad de las razas y su función disonante respecto de las lecturas de la sociología positivista. A su vez, en relación con las reflexiones sobre la identidad latinoamericana, la tematización del discurso latinista europeo en función de éstas. Esto permitió explicar tanto la singularidad de su programa de unión continental, cuanto las características del discurso antiimperialista que desarrolla tempranamente. En el capítulo 3, para comprender continuidades y desvíos respecto de la tradición antinorteamericana rioplatense, resultó necesario situar a Ugarte en el marco de dicha tradición. Allí pude reconocer una configuración epocal, que legible en Martí, Darío, Rodó, Ugarte y García Calderón, caracterizada por la afirmación de “la América latina” como tierra de promesas, capaz de redimir al propio Occidente. La investigación me llevó, asimismo, a identificar con precisión no sólo los puntos de contacto y diferencias de las intervenciones latinoamericanistas de Ugarte en relación con los socialistas argentinos, sino las propias tensiones doctrinarias que surgían de la posición periférica de los actores analizados, en el interior de dicha formación, en su etapa de constitución como partido que pretendía dar un marco nacional a sus acciones.  La intervención universalista autorizada en el cientificismo, así como la afirmación identitaria continental, permiten a su vez explicar el ejercicio ugarteano de la crítica literaria analizado en el cuarto capítulo. Lo primero quedó claro en la insistente patologización de los poetas modernistas y de la poética misma y de sus efectos. También advertí los modos singulares con que Ugarte interviene en el diseño de un programa para la literatura latinoamericana en el momento de emergencia de un campo intelectual en formación.   En el último capítulo, reconstruí la trayectoria literaria ubicando tres momentos: los comienzos en Buenos Aires, con la creación de la Revista literaria, que revelan una temprana tendencia  al emprendimiento de proyectos culturales, paralelamente a una iniciativa “religadora” (Zanetti) entre los escritores jóvenes del continente. El segundo momento es el más fecundo, y se ubica entre su llegada a París y 1910, poco antes de su partida hacia América; intenté mostrar que las primeras publicaciones retoman varios de los temas modernistas. En 1924 ubiqué el 3er momento de la trayectoria, en que Ugarte vuelve a la escribir después de 14 años de silencio literario. Ugarte incursiona en la novela, introduciendo procedimientos autorreferenciales pirandelianos, a través de una fábula alegórica con motivos modernistas (las máscaras, Pierrot, el poeta víctima del mundo burgués). Intenté mostrar cómo Ugarte resuelve imaginariamente, dándole un cierre, los modos de su intervención intelectual marcada por el profetismo. La escritura libera así fantasmas políticos y autobiográficos, y propone una distopía respecto de los destinos emancipatorios de las sociedades modernas, y exhibe una gran lucidez acerca de los resortes de la dominación  simbólica.