IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Los contenidos corporeizados de la memoria personal: una indagación sobre las formas (olvidadas) en la que recordamos nuestras experiencias pasadas.
Autor/es:
MARINA TRAKAS
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Nacional de Filosofía; 2019
Institución organizadora:
Asociación Filosófica Argentina AFRA
Resumen:
En su libro seminal, Elementos de memoria episódica (1983), Tulving introduce la noción de memoria episódica para referirse a los recuerdos de experiencias personales pasadas, y la caracteriza como un tipo de memoria declarativa. En este sentido, la memoria episódica compartiría con la memoria semántica, es decir, con las creencias y conocimiento abstracto e impersonal que tenemos sobre el mundo, la propiedad de ser enunciadas a través de declaraciones, esto es, de ser representables simbólicamente a través de lenguaje natural, en oposición a la memoria procedimental caracterizada por las habilidades motoras y ejecutivas que han sido internalizadas por el sujeto. En realidad, esta conceptualización de la memoria episódica como esencialmente declarativa no es ajena a una época en la que las representaciones mentales son concebidas con una forma proposicional (Montague, 2007) Lo mismo puede decirse de la caracterización de los recuerdos personales como imágenes mentales que predominó desde la Antigüedad hasta el encumbramiento del proposicionalismo, y que volvió a surgir con la reintroducción de la noción de imagen mental en la psicología durante los años 80, particularmente de la mano de Paivio (1983) y su teoría de la codificación dual.Los recuerdos personales, por tanto, han sido generalmente concebidos como representaciones mentales cuyo contenido puede ser vehiculado a través de proposiciones y/o imágenes mentales. Por otro lado, es cierto que en los últimos años los defensores de la mente extendida han sostenido que distintas tecnologías y artefactos culturales, como fotografías personales o el famoso cuaderno de notas de Otto (Clark & Chalmers, 1998), se entrelazan a tal punto con la memoria biológica humana que forman un solo sistema de memoria, desafiando de esta manera la idea que el contenido de los recuerdos personales es exclusivamente intrínseco, proposicional y imagístico. Sin embargo esta nueva perspectiva no agota las posibles maneras en las que representamos nuestras experiencias personales del pasado. En esta presentación, me propongo indagar dos otras formas que nos permiten dar vida a nuestros recuerdos personales y que han sido descuidadas en la literatura: el contenido afectivo y el contenido cinético. Mientras que el contenido cinético se refiere a comportamientos motores y movimientos corporales realizados a partir de una intención representativa explicita de la persona que recuerda, el contenido afectivo se refiere en general a cualquier tipo de sensibilidad que se origina desde el interior del cuerpo: temperatura, excitación y otros sentimientos y sensaciones corporales, incluidas las tendencias motoras. Ambos son contenidos corporeizados, pero presentan diferencias importantes, sobre todo a nivel funcional. Esta exposición se centra en la caracterización y particularidades de estas dos maneras de recordar el pasado personal de manera corporeizada.