El mal y la obediencia en el pensamiento arendtiano

ANABELLA DI PEGO

Encuentro; Encuentro de Investigación del Proyecto PICT "La tradición filosófica y política desde la perspectiva de Hannah Arendt"; 2019

PICT 2014-1922 / Universidad Nacional de General Sarmiento

Procuramos desandar cierta polarización en el abordaje de la cuestión del mal que impide adentrarse en sus complejos matices. No se trata de reducir la banalidad del mal a los burócratas de oficina (Lozowick, 2002) -perspectiva desestimada por la propia Arendt- pero tampoco puede deslindarse el mal contemporáneo del problema de la obediencia como parece seguirse de algunas aproximaciones (Martin, 2017). Es preciso como señalan Leibovici y Roviello deconstruir "el obstáculo Milgram" (2017: 34) en la recepción de Arendt para no disolver la banalidad del mal en una mera obediencia ciega, pero a la vez es necesario profundizar en el fenómeno de la obediencia. Nuestra hipótesis es que poniendo en relación su análisis del caso Eichmann con su estudio del totalitarismo es posible distinguir entre la obediencia ciega del padre de familia que se sustenta en el hombre-masa como fenómeno moderno y la obediencia razonada del propio Eichmann. Mientras que la primera, permitiría explicar el funcionamiento de las bases del movimiento y de funcionarios menores, la segunda aunque delineada en torno de Eichmann podría esclarecer el modo de operar de los altos funcionarios del régimen. En ambos casos, no obstante,la obediencia no es sólo una conducta subjetiva, ni tampoco una mera imposición o elección por convicción, sino más bien requiere ser esclarecida, en su imbricación con los dispositivos de poder, comoun mecanismo de constitución de la subjetividad.