IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Legado y vigencia de Marx. Acumulación capitalista y lucha de clases en América Latina y Argentina.
Autor/es:
VARESI, GASTÓN ÁNGEL
Lugar:
Moscú
Reunión:
Congreso; Marx´s Capital and its impact on world development; 2018
Institución organizadora:
PCFR
Resumen:
La ponencia presentada se basó en rescatar cuatro aspectos claves del legado de Marx, para poner de relieve distintas encrucijadas que atraviesa la lucha de clases tanto a nivel global, como en América Latina y en Argentina. La centralidad de los procesos productivos, que parte de la acción de los individuos para producir sus medios de vida orientada a la satisfacción de necesidades como premisa del materialismo histórico, destaca como primer aspecto del legado marxista. Esta dimensión estructural se articula con las dimensiones políticas, ideológicas y culturales que componen la superestructura en una vinculación dialéctica, convocándonos a pensar en un segundo legado: la perspectiva de totalidad. La totalidad es presentada por Marx como una síntesis de diversas articulaciones y facetas, y aparece constituida por un entramado de relaciones sociales, lo cual nos remite a un tercer aspecto del legado de Marx: la perspectiva relacional. Estas relaciones sociales han estado históricamente marcadas por contradicciones y antagonismos de distinto tipo, llevándonos a un cuarto elemento del legado que es la centralidad del conflicto. Estos cuatro legados pudieron ser sustanciados en El Capital con la teoría del valor. Allí, el capital, aparece, por un lado, como ese ?valor preñado de valor?, convocándonos a analizar los rasgos de la acumulación capitalista, y, por otro lado, el capital constituye la relación de producción central de dicho proceso, expresando una unidad entre sus dos polos: el trabajo y el capital. Esta unidad está atravesada por la contradicción que define la vida de nuestras sociedades, su carácter opresor y su posibilidad de superación revolucionaria, mediante la liberación del proletariado. Estos fenómenos están, a su vez, atravesados por contradicciones de carácter secundario como la competencia inter-burguesa y han llevado a Marx a prever la tendencia a la expansión global del capitalismo y aspectos centrales de la misma, como la tendencia a la concentración del capital, que Lenin (1916) luego analizó con el desarrollo del imperialismo, estableciendo una larga fase de dominio de los monopolios y el capital financiero.A partir de estas coordenadas teóricas, se realizó una periodización del proceso acumulación capitalista y la lucha de clases, definiendo tres escenarios en las últimas cinco décadas.Un primer escenario comenzó en los años 70 con la ofensiva imperialista impulsada por la hegemonía norteamericana y apoyada por los organismos financieros internacionales, que promovieron el neoliberalismo como nueva ortodoxia económica, en el marco de una creciente transnacionalización y financiarización del capital. Éste se impuso a sangre y fuego en América Latina y llegó a su esplendor, a nivel global, con el triunfo de EEUU en la guerra fría, definiendo un mundo unipolar.Un segundo escenario, comenzó a gestarse con el avance de China como nueva potencia mundial, la recomposición del poderío de Rusia y su articulación con otras potencias emergentes en el bloque de los BRICS, dando origen a una multipolaridad relativa. A nivel latinoamericano, encontramos una genuina guerra de posiciones donde se enfrentan dos bloques: por un lado, el imperialismo norteamericano y sus aliados locales, y por otro, los movimientos populares y fuerzas políticas de izquierda y progresistas, teniendo como elemento clave la disputa por el control de los gobiernos de la región. En este contexto, se gestaron distintas iniciativas de regionalismo autónomo como el ALBA, UNASUR, CELAC, entre otras.Ante la evidente pérdida de hegemonía en la región, EEUU comenzó a poner en juego una contra-ofensiva que originó el tercer y actual escenario, persiguiendo dos objetivos centrales: poner fin a los gobiernos populares e interrumpir la nueva integración latinoamericana, y restablecer la unipolaridad global, para lo cual, EEUU y sus aliados de la OTAN buscan salir de la crisis capitalista mundial a través tanto del guerrerismo, para impulsar la industria bélica, capturar recursos naturales y subordinar a los bloques alternativos, como de la búsqueda de un nuevo ajuste global, en base al despojo de ingresos de la clase obrera.A su vez, se enmarcó al gobierno de Macri como fiel reflejo de la contra-ofensiva imperialista en la región, analizando las políticas de shock distributivo y reforma estructural que impulsa, restableciendo el régimen neoliberal en Argentina. Así, se hizo mención al deterioro de las condiciones de trabajo e ingreso de la clase trabajadora, la crisis industrial y el auge de endeudamiento y fuga de capitales ligados a la valorización financiera como eje articulador de la acumulación capitalista, y el impacto de los cambios nacionales en la batalla regional y global, donde Argentina ha vuelto a la subordinación de EEUU y el FMI, rompiendo con los gobiernos populares y abandonando las experiencias de regionalismo autónomo como UNASUR.