Cómo hacer cosas con la filología: cuerpo y espíritu del lenguaje (o una tentativa arqueológica sobre el artefacto que llamamos ?lengua?)

JUAN ANTONIO ENNIS

Granada

Jornada; II Jornada de Glotopolítica de la Cultura; 2019

Universidad de Granada - Centro Mediterráneo

Estamos acostumbrados a dar por descontada la estrecha relación existente entre el desarrollo de las Neuphilologien o filologías modernas y la lingüística histórico-comparativa y el desarrollo del diseño político global que consolida la articulación de nacionalismos y colonialismos en la modernidad, haciendo ?como refiere Agamben? de la conjunción entre dos términos igualmente oscuros como los de lengua y pueblo la base de todo un sistema político aún vigente a pesar de sus fisuras.El epicentro para la emergencia, desarrollo y consolidación de ese discurso se encuentra en la tan sólida como ajetreada vida de las instituciones de educación superior e investigación científica alemanas a lo largo del siglo XIX. En ellas se produce la consolidación de la filología como disciplina matriz de las humanidades, y a partir de esa consolidación es que la lingüística podrá pugnar por un lugar propio, autónomo, como desprendimiento de la filología, como lo describe Benfey, ciencia pura y desinteresada del lenguaje.El suelo fértil para ese desarrollo venía proporcionado por la evolución del sistema universitario alemán (instituciones consolidadas de modo privado que ahora el estado prusiano asumía bajo su tutela, pero a partir de una impronta científica que las independizaba del mandato de la utilidad), la temprana formación de un público (Öffentlichkeit habermasiana, Leserevolution, Bildungbürgertum ), la creciente necesidad política de la unificación, atravesada en buena medida por la influencia de la Revolución Francesa (la necesidad de democratizar, pero tampoco sin prender todo fuego) y finalmente el punto de quiebre que supone 1806.En este trance, la hipótesis que aquí estoy persiguiendo, aquí leída a través de la lente de la percepción crítica de Nietzsche del avance de la lingüística, es que la construcción política del artefacto discursivo que llamamos lengua ?o, para volver a la tradición arqueológica, y esto es otra discusión, del dispositivo de las lenguas modernas? ofrece en esta instancia crucial un principio de respuesta para algunas preguntas que la investigación de hoy puede hacerse con respecto al hecho de que durante tanto tiempo, hayamos estado pensando una lengua sin cuerpo. Esta respuesta tendrá necesariamente que ver con la palabra clave de la secularización, donde la matriz de la construcción religiosa del sujeto y la comunidad proveniente del cristianismo sobre todo se refigura en el esquema de la religión secular de la nación. Desde la pregunta por el origen de la lengua hasta la de su gestión política en el presente, y la implicancia que esa pregunta por la lengua tiene en la discusión de la soberanía como fundamento político de la comunidad, este planteo de la relación entre Leib y Geist, cuerpo y espíritu en su separación como clave antropogenética y civilizatoria resultará decisiva.