Poéticas del espacio en Vicente Gerbasi y en Octavio Paz

CHAZARRETA, DANIELA EVANGELINA (AUTORA DE LA PONENCIA)

Ensenada

Jornada; VIII Jornadas de Intercambio Académico en el área de docencia e investigación en literatura y cultura latinoamericanas; 2016

Red Katatay y Centro de Crítica y Teoría Literaria del IdIHCS

Se trata de una exposición oral por lo que el archivo adjunto sintetiza los aspectos generales de la participación que consistió en la presentación del Proyecto individual del CONICET como investigadora asistente en torno a las poéticas del espacio en Vicente Gerbasi y en Octavio Paz. Partiendo de la definición de naturaleza desde el materialismo dialéctico (Williams 2012 [2005]) son dos los discursos acerca de la naturaleza venezolana y americana que sondean la estética de Gerbasi: por una parte el ingreso de capitales extranjeros para la explotación del petróleo (que desplazará a economías regionales más pequeñas, élites que exportaban café y cacao) que se consolida luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) a través de empresas como Shell y Standard Oil. Ello va a transformar totalmente el paisaje venezolano (Ewell 2002). Por otra parte, la fuerte reivindicación que tiene el paisaje americano como entidad que posibilita la génesis o emergencia de una cultura en las teorías mundonovistas que colocan a la cultura americana en el contexto universal en contraste con la ?decadencia europea?; en esa línea, el paisaje nativo latinoamericano se convirtió en una categoría literaria privilegiada en tanto se creía que a través del constante contacto con él se formaba la esencia espiritual del pueblo del continente (González Echevarría 1974, Alonso 2006).En cuanto a Octavio Paz, el espacio en movimiento circunscribe su poética en lo que Clifford llama una de las situaciones cruciales de la modernidad, tópico constituido tanto por el desplazamiento como por la inmovilidad (Clifford 1999: 12). Lejos de un paisaje edénico, en la textualidad paciana sobresale lo inhóspito en el sentido más lato; apartado del telurismo, de la exuberancia descriptiva y pintoresca o de interminables enumeraciones, el paisaje en Paz en metonímico, exhibido sólo por algunos elementos, y austero, prácticamente arquetípico (Sucre 1985). La enajenación propia del sujeto moderno se va a vincular, desde un lugar común: la naturaleza se caracterizar por su otredad y ajenidad. El paisaje, por lo tanto, va a ser un fragmento de esa otredad y, además, se va a caracterizar por su condición de palimpsesto.