IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La materia prima de las lenguas modernas: la edición de textos medievales y de la tradición oral y la lingüística decimonónica
Autor/es:
JUAN ANTONIO ENNIS
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; VII Jornadas de Estudios Clásicos y Medievales "Diálogos culturales"; 2015
Institución organizadora:
Centro de Estudios Latinos, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, CONICET-UNLP
Resumen:
La pregunta que este trabajo pretende plantear se vincula directamente con un proyecto de investigación individual centrado en el análisis crítico de una serie de textos cruciales en la historia de la reflexión sobre el lenguaje en la Modernidad, a partir de una perspectiva centrada en la relación entre la formación de la disciplina, la configuración de su objeto y los procesos económico-políticos de los que participa. La lingüística decimonónica, así, al definir y defender su competencia específica sobre el objeto ?lengua?, lo hace diferenciando su práctica de la filología y la gramática tradicionales, en tanto fija su rol como observador neutro de un proceso en el cual de todas formas difícilmente pueda incidir, y modifica la lógica de medios y fines que gobierna la práctica de la que proviene: ya no se trata de estudiar la lengua para fijar los textos de la tradición (o, como lo reformulará Benfey (1869), siquiera para aprenderla como lengua extranjera, para su uso), sino de estudiar la lengua en sí misma, en la lógica de su desarrollo naturalizado en la historia como desarrollo orgánico regular y pronosticable. Sin embargo, para ampliar el campo de visibilidad de ese objeto, había que ampliar la mirada y hallar muestras, lo que demanda la producción de un corpus que, de todas formas, para situarse en una tradición, necesitará una lengua o familia de lenguas, la regularidad de una forma o un proceso de variación y cambio, un marco de referencia que seguirá siendo en buena medida el de la literatura, pero esta vez el de una literatura vernácula que procura dar forma a su archivo incluyendo un nuevo productor para sus textos, reverso de la élite letrada tradicional y depositario de la forma auténtica (ya que no legítima) de la lengua y la tradición: el pueblo. Los mecanismos de producción del valor, de reconstrucción, elaboración y clasificación de las formas (del relato, de su lengua, del sujeto que permite divisar, las continuidades que permite establecer y las morales que contribuyen a ordenarlo) se revelan así no solamente como detalles en la historia técnica de una disciplina, sino como avatares en la formación del mismo objeto, donde el estudioso de la lengua no puede dejar de atender a los complejos avatares en la producción y transmisión de sus textos.