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Esta exposición tratará sobre los cambios étnicos en la Galia al norte del rio Loira durante la segunda mitad del siglo IV. Las innovaciones en los entierros y los patrones de asentamiento han sido comprendidas como producto de una barbarización de la región, del ejército romano, o de nuevas formas de manifestar la riqueza y el poder social de los magnates locales. A través del análisis de los hallazgos arqueológicos y de las fuentes literarias: Res Gestae de Amiano Marcelino, La Historia de Zósimo y De rei militari de Renato Vegecio, se propondrá una explicación que relaciona estas transformaciones con una nueva forma de mantener el orden imperial romano en la región por medio de unidades militares no encuadradas dentro de los regimientos convencionales, los cuales constituirían una respuesta a las nuevas formas en que las bandas agresoras se organizaban y combatían.Los constantes conflictos alteraron el orden social de la región creando nuevas redes de dependencia representadas por un masculinidad marcial. Es así, como las relaciones de jerarquía social adquieren una apariencia militar que desdibujan la distinción entre civiles y militares. Las nuevas formas de combate informal crearon un nuevo patrón de asentamiento territorial en el que los campesinos sujetos a diversos grados de servidumbre pudieron resistir con mayor fuerza a las imposiciones del Estado imperial romano. Es así, como la militarización de la sociedad en la segunda mitad del siglo IV adelantó la formación de las bandas francas de fines del siglo V y del siglo VI. Una forma de explotación basada en los impuestos no fue reemplazada inmediatamente por otra que tuviera una organización estable. La militarización del campesinado fue un elemento clave para este proceso, pues les dio la capacidad de resistir a algunos abusos y también de perpetrarlos. Este periodo puede encuadrarse dentro del llamado "Modo de porducción Campesino"