IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Posiciones docentes leídas a partir del análisis político del discurso
Autor/es:
MYRIAM SOUTHWELL
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Simposio; Figuras actuales de la segregación. La subjetividad puesta a prueba en la trama social.; 2014
Institución organizadora:
FLACSO
Resumen:
El análisis político del discurso ha resultado una poderosa perspectiva interpretativa para la investigación educativa. Quisiera en esta presentación, posicionarme en dos aspectos que me parecen centrales de la influencia ejercida por esta perspectiva: la cuestión de la politicidad de la educación y la presentación de la noción de posición docente como herramientas de investigación educativa. Como parte de una línea de trabajo en desarrollo y a partir de una serie de estudios previos sobre el tema (Southwell, 2008, 2009, 2012) hemos abordado el modo en que lo/as maestros/as y profesores/as construyen posiciones docentes en el trabajo cotidiano con situaciones de desigualdad social y educativa, que suponen una particular lectura de esos problemas y la configuración de identidades que organizan relaciones, dinámicas y estrategias para su resolución, a partir de concepciones específicas respecto del sentido de su tarea, la apropiación e sentidos y de los discursos que regulan y organizan el trabajo de enseñar y la presencia de sentidos utópicos y democratizadores que se hibridan y articulan precaria y paradójicamente con otros autoritarios, paternalistas y normalizadores. Los discursos no son conjuntos de signos ?si bien están formados por ellos-, sino prácticas que forman sistemáticamente los objetos de los que hablan. Estas prácticas se dan en el contexto de formaciones discursivas que pueden ser entendidas como conjuntos de posiciones diferenciales que no expresan principio trascendente alguno, pero que puede ser significada como totalidad desde ciertos contextos de exterioridad (Laclau y Mouffe, 1985). La idea de posición docente recoge un conjunto de revisiones que movimientos como el ?giro cultural? o ?hermenéutico? incluyeron en el campo de la investigación social y educativa. En particular, se funda en la necesidad de considerar de forma central la construcción de significaciones por parte de los sujetos y de superar los análisis apriorísticos de la subjetividad, despegándola de ser un mero reflejo de determinaciones económicas. El concepto de posición docente está estrechamente ligado al de posiciones de sujeto, y su construcción deviene teórica y metodológicamente de ella. Desde el marco conceptual del APD, toda posición de sujeto es una posición discursiva en tanto participa del carácter abierto de todo discurso y no logra ser fijada totalmente en un sistema cerrado de diferencias. En consecuencia, la categoría de sujeto no puede establecerse ni a través de la absolutización de una dispersión de ?posiciones de sujeto?, ni a través de la unificación absolutista en torno a un ?sujeto trascendental? (Laclau y Mouffe, 1985). La noción de sujeto está penetrada por el mismo carácter polisémico, ambiguo e incompleto que toda identidad discursiva, por lo que la subjetividad del agente está penetrada por la misma precariedad y ausencia de sutura que aquélla posee. Esta falta de sutura y la imposibilidad de una total dispersión de posiciones de sujeto es la que hace posible la articulación hegemónica. Para Laclau, la noción de ?posiciones de sujeto? se vuelve posible en tanto las conciencias no son absolutas y las subjetividades devienen de algo constitutivamente ajeno y son siempre un vacío imposible de ser colmado. En este marco, las identidades de los sujetos se constituyen como diferenciales, penetradas por esa falta constitutiva de lo universal y atravesadas por un fracaso parcial en el momento de su configuración. Las posiciones docentes nunca ?son? en estado cerrado y definitivo sino que siempre ?están siendo? de modo relacional, en virtud de las equivalencias y diferencias provisorias que se establezcan con otras. A partir de aquí y del carácter fragmentado de las identidades es que se torna posible hablar de posiciones de sujeto y de posiciones docentes. La noción de posición docente se funda en la idea de que la enseñanza supone el establecimiento de una relación con la cultura que no está situada en coordenadas predefinidas y definitivas. Esta relación supone vínculos con los saberes y las formas de su enseñanza que nunca se encuentra del todo estabilizada, al sufrir alteraciones motorizadas por la búsqueda e invención de respuestas en el contexto de los procesos de escolarización. Por otro lado, supone una relación con los otros expresada en el establecimiento de vínculos de autoridad y fundada en concepciones respecto de qué hacer con las nuevas generaciones ?y el derecho de ellas a que la cultura les sea ?pasada? o transmitida por las anteriores- que poseen también un carácter dinámico e histórico, y que se articulan con nociones más generales relativas al papel que puede y debe desempeñar la escolarización en nuestras sociedades y sus relaciones con el mundo del trabajo y de la política. Posición docente refiere a una construcción que se da en la relación, siendo imposible definirla, establecerla y asirla de antemano y desgajada de la construcción histórica de dicho trabajo, como más adelante analizaremos. Asimismo, la construcción de una posición docente supone la producción y puesta en circulación de discursos sobre la tarea de enseñar, en el marco de lo cual se vuelve central el análisis de los sentidos que las acciones, disposiciones e instituciones tienen para quienes las viven. En este marco, la construcción de una posición docente implica formas de sensibilidad y modos en que los maestros y profesores se dejan interpelar por las situaciones y los ?otros? con los que trabajan cotidianamente, como así también por las vías a través de las cuales intentan ?ponerse a disposición?, desarrollan su trabajo de enseñanza y prefiguran vínculos que no están previamente establecidos sino que se construyen en la relación. Si bien uno de los elementos nodales del oficio de enseñar radica en la dimensión vincular, afectiva y relacional del trabajo con personas que realizan los docentes, la noción de posición docente no se reduce a la afectividad desplegada sino que implica una dimensión ético-política en la que se combinan apuestas por lo que el trabajo de enseñar y las nuevas generaciones pueden hacer, iniciativas de magnitud y otras relativamente pequeñas; miserias, complejidades y dificultades del oficio; todas las cuales componen un territorio tensionado y difícil de asir desde una única mirada. En esta misma línea, resulta importante enfatizar la necesidad de ir más allá de aquellas aproximaciones que reducen aquel análisis a los problemas específicos de la condición laboral de los profesores, o bien a los conflictos sindicales en torno de ella, para poder dar cuenta de las mencionadas dimensiones. De esta manera, hemos buscado analizar la posición que los docentes construyen ante situaciones y sujetos de manera activa, contingente, no previamente ?cartografiada? ni estable, que se produce en la relación y no de modo previo y que genera también una posición (contingente y no previamente establecida) en aquellos con quienes se vincula. A partir de esa perspectiva, pueden incorporarse análisis acerca de cómo los docentes se apropian de, disputan, reformulan y negocian los sentidos de las políticas públicas, dejando atrás perspectivas que suponían que las regulaciones del trabajo docente son muy definitorias y que las prescripciones estatales sobre ellas explican suficientemente lo que sucede en el mundo escolar.