IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
El cielo, el mar, el pergamino y la Virgen: la expresión de lo inagotable en la poesía mariana medieval
Autor/es:
SANTIAGO DISALVO
Libro:
Qui auques recoillir viaut, / en tel leu sa semence espande, / que fruit a cent doble li rande: Estudios literarios en homenaje a la Profesora M. Silvia Delpy
Editorial:
IMHICIHU
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2017; p. 193 - 218
Resumen:
La tópica de lo indecible o de la insuficiencia del discurso (´pauca e multis´), presente en la latinidad tardoantigua (cfr. Curtius, "Literatura Europea y Edad Media Latina", 1955: 231-232) y que se establece también como paradigmática al final el Evangelio de San Juan ("sunt autem et alia multa quae fecit Iesus quae si scribantur per singula nec ipsum arbitror mundum capere eos qui scribendi sunt libros", Jn 21, 25), alcanza una cumbre singular en la poesía mariana medieval. María como fuente, pozo o mar de gracia inagotable, imagen que entraña un concepto doctrinal, tal como el que aparece en la oración "Ad beatam Virginem precatio", de Fulberto de Chartres, tiene sus antecedentes teológicos en la patrística oriental y occidental y una rica presencia como tópico en la poesía mariana medieval tanto latina como románica e inglesa. Muchas obras en romance lo adoptan de diferentes formas, según se analizará en este artículo: en los prólogos de los "Miracles de Nostre Dame" de Gautier de Coinci, los "Milagros de Nuestra Señora" y los "Loores de la Virgen" de Gonzalo de Berceo, y en muchas de las cantigas de loor de la gran obra mariana de Alfonso X, las "Cantigas de Santa María". La alabanza inagotable se expresa, en muchos casos, mediante una serie de metáforas que utilizan imágenes de escritura asociadas a ´impossibilia´ (o adynata), presentes incluso en textos no cristianos. Tal como intenta explicar la mariología del siglo XII, "las lenguas de los hombres y de los ángeles no bastan para hablar dignamente de María", y la Encarnación (una madre virgen, el Verbo hecho carne, Dios hecho hombre) es un misterio que está mucho más allá de toda capacidad de alabanza. Por un lado, "¿quién podrá callar ante tal prodigio?", pero, por otro, "¿quién estará a la altura de poder proclamarlo?".