Rodar la ciudad

FERRETTY, EMMANUEL

Hacer espacio. Circulaciones múltiples entre cuerpos y palabras

Club Hem Editores

Lugar: La Plata; Año: 2015; p. 343 - 352

Las páginas siguientes, que son de imágenes y palabras, me permiten jugar con algunos registros fotográficos y breves notas de campo que, para la ocasión, devienen en primeras interpretaciones acerca de lo observado. El lenguaje que las articula evade deliberadamente la cita textual y se aventura a los umbrales del discurso académico con una poética repleta de guiños teóricos. El propósito de esta exploración situada es reponer la experiencia múltiple y compartida, a veces fragmentaria, de vivir y rodar en/por/a través del espacio urbano.Algunas de las fotografías que se ponen en juego son producto de una investigación en curso acerca de prácticas corporales que interpelan las políticas de recuperación del espacio público y de promoción de apropiaciones deportivas y recreativas en la ciudad de La Plata. Otras son el resultado curioso y algo azaroso de andares por ciudades que, en sus diferencias con la capital bonaerense, me enseñan a observar su peculiaridad. Rodar es el verbo que evoca la acción protagónica de estos registros. La bicicleta es el artilugio y símbolo que signa este moverse en, por y a través del espacio urbano. Pedalear es entonces la acción motriz específica que da vida a los cuerpos y a la ciudad; es la inevitable y cíclica circularidad de los pies en torno al corazón de la máquina, que transmite el deseo de su amo u ocupante transitorio entre dientes y eslabones a lo fino de su caucho.En su heteronormatividad los cuerpos rodantes también transfiguran y devienen garabato estallado en una calle, en una pared. Es por ello que los registros fotográficos son más que estetizaciones de autor. La imagen/captura que resulta del pestañeo mecánico crea una escena de lo cotidiano y/o articula en la sobre escritura del registro la mirada del fotógrafo con las expresiones de otros que, al volverse públicas, imprimen su creatividad e imaginan otras texturas sobre la ciudad.Rodar es, entonces, más que desplazarse físicamente y en bicicleta por el espacio público urbano: es inmiscuirse carnalmente, es grabarse al paso en la memoria asfáltica de la ciudad.