IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Las tensiones de la democracia argentina y la experiencia kirchnerista: escenarios político-partidarios
Autor/es:
CAMOU, ANTONIO
Libro:
Tensiones de la democracia en América Latina
Editorial:
UNAM-Instituto Mora y PNUD
Referencias:
Año: 2013; p. 239 - 278
Resumen:
En la primera sección del trabajo muestro brevemente en qué sentido un cierto análisis de las tensiones ha atravesado durante siglos algunos veneros del pensamiento político moderno, y todavía sigue ofreciéndonos pistas sugerentes para pensar la política contemporánea; en particular, tomando a Maquiavelo como punto de partida, seguiremos brevemente el rastro de un conjunto de trabajos que se convirtieron en coordenadas de referencia para el análisis de la política argentina desde la segunda postguerra hasta el presente. En buena medida, este ejercicio halla su modesta justificación por el hecho de que las dos maneras que utiliza Maquiavelo para pensar las tensiones políticas (ya sea como negativas o positivas) se hallan presentes (a través del linaje crítico del marxismo y de la tradición republicano-liberal) en dos grandes líneas interpretativas que muchos sociólogos y politólogos argentinos han mantenido desde hace tiempo para estudiar las recurrentes crisis sociopolíticas en nuestro país. En la sección II, utilizaré estas ideas básicas y generales para aplicarlas a un período mucho más acotado: la disolución del bipartidismo clásico en la Argentina a lo largo de los años ?90. Luego, en la sección III, desplazaremos nuestra mirada hacia la experiencia política del kirchnerismo (2003-2007 y 2007-2011), con especial referencia a las condiciones y mecanismos que nos ayudan a entender su formidable, pero no menos preocupante, concentración de poder. Por último, adelantando en pocas líneas el mensaje de las conclusiones, sostendré que a la democracia argentina (y quizá también a otras democracias latinoamericanas) le sobran algunas tensiones negativas, pero sobre todo, le faltan algunas tensiones positivas. En particular, nuestra democracia se resiente por dos deficiencias básicas: por un lado, no ha logrado elaborar un sólido balance de tensiones entre partidos políticos nacionales, competitivos, institucionalizados y programáticos como mecanismo privilegiado en el proceso de construcción del poder político; por otro, no ha conseguido establecer un juego equilibrado de sus poderes constitucionales en el ejercicio de la acción estatal. Estas debilidades del sistema de partidos, junto a la escasa autonomía y pobres capacidades del Estado, en el marco de un desequilibrado sistema de gobierno, constituyen variables clave (aunque no pretendemos decir que sean las únicas) para comprender tanto la baja eficacia de las políticas públicas como la indigente calidad republicana de nuestra institucionalidad democrática.