Exportación y comercio de productos ganaderos. La expansión de la frontera sur de Buenos Aires, 1820 ? 1880

BARBA, FERNANDO

Historia económica del Cono Sur de América

Instituto Panamericano de Geografía e Historia

Lugar: México; Año: 2011;

Los efectos de la prosperidad en los negocios ganaderos en los primeros años independientes, gracias a la libertad comercial que se impuso desde mayo de 1810, comenzaban a hacerse visibles y se agregaron a la venta productos, que en tiempos anteriores se consideraban inútiles. A la par que prosperaba el comercio exterior y aumentaban los valores de mercado, las inversiones fueron en aumento para asegurar la cría de vacunos que ya no sólo interesaban por su cuero sino que también se valorizaron otros derivados de los mismos tales como las carnes, astas, pezuñas, lanas y sebo, este último artículo de comercialización muy cambiante y dependiente de diversas circunstancias del mercado europeo. En tanto, las exportaciones de carne salada fueron variando en forma creciente durante esos años. En 1812 se exportaron 6.800 quintales y en 1814 10.715, para luego bajar en los dos años siguientes. A partir de 1817 el volumen vendido al extranjero fue en constante aumento hasta alcanzar en 1820 los 113.110 quintales. Por su parte los valores oscilaron entre $2,50 y $4,00 plata. De todas maneras, las cantidades exportadas continuaron en aumento en la década de 1840 y alcanzaron los 559.969 quintales en 1849, significando un valor de $1.119.935 plata. Estos cambios del conjunto de productos ganaderos exportables provocaron que un sector importante del comercio porteño y de gran influencia en el campo político, trasladara sus actividades a la ganadería, convirtiéndose así, en poco tiempo, en la clase rectora de la política y economía de Buenos Aires determinando las formas de comercialización que habría de beneficiarlos en desmedro de los intereses generales del resto de las provincias. A pesar de este traspaso de parte de los capitales comerciales hacia el campo de Buenos Aires, aquel sector no desdeñó otras posibilidades. Las estancias se convirtieron así en la ?forma la principal riqueza, y la mejor esperanza de nuestra provincia?.