Juan José Saer, Las nubes (1997). Hacia una ?memoria del lugar?: entre pasados imaginados y presentes leídos.

MERBILHAÁ, MARGARITA. ; RICCI, PAULO (COMP.)

Zona de prólogos

Seix Barral y Universidad Nacional del Litoral

Lugar: Buenos Aires; Año: 2011; p. 231 - 242

p { margin-bottom: 0.21cm; } Como en novelas anteriores de Saer, incluso más que en otras, la materia de Las nubes es el pasado o, mejor, lo que ha pasado y quedado en lugares indefinidos, cifrado esta vez en las formas irrepetibles de las nubes que corren en el cielo, sin que sepamos de dónde vienen ni hacia dónde van. Lo que ha pasado transcurre esta vez en el mítico siglo XIX argentino ?también el de La ocasión-, y se rememora ?como en El entenado-. Pero ahora, no regresa ni desde tiempos remotos hasta un presente de la escritura, ni del todo habilitado por la escritura; de un lado, el pasado aparece en el relato de ciertos sucesos transcurridos alrededor de una institución científica que motivó la instalación de los personajes en un lugar al norte de Buenos Aires, y recordados por uno de los protagonistas de la empresa el doctor Real, un afrancesado médico de Paraná; de otro lado, el pasado toma una forma diferente, en la ?singular? experiencia vivida y narrada por este psiquiatra. Es decir que retorna desdoblado, en dos modos que se distinguen claramente en la novela, y dividen a su vez dos momentos internos, casi impermeables entre sí.Ese desdoblamiento narrativo viene así a dar una forma imaginaria a la distancia entre individuo y determinación histórica, entre sujetos y acontecimientos, y otorga entidad simbólica a ese hiato. El espacio irreductible entre acción y experiencia que compone la narración pone en suspenso cualquier carácter determinante que puedan tener, respecto de la subjetividad, los sucesos vertiginosos que en el desarrollo histórico se tienen como decisivos para la vida de cualquier individuo (en este caso, el trabajo que desarrollan dos psiquiatras en la casa de salud que han fundado, las arriesgadas aventuras amorosas de uno de ellos, los conflictos políticos que los tocan, a su pesar). Bastará verificarlo en el final, preguntándonos, por ejemplo, cuál de los dos momentos permanece.