IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Un cuerpo sólido e incandescente irrumpiendo de pronto en el vacío: Juan José Saer y el realismo de las cosas .
Autor/es:
CONTRERAS SANDRA, ARCE RAFAEL, CATALÍN MARIANA, SAGER VALERIASAGER VALERIA
Libro:
Problemas del realismo. Cuadernos del seminario 2
Editorial:
CELA Centro de Estudios de litertura argentina. UNR
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2011;
Resumen:
   La línea dominante de la crítica existente sobre la obra de Saer se despliega entre predicados que tienden a construir una imagen de esa obra con rasgos que construyen un paradigma con mínimas variantes de la suspensión: el detenimiento o la prolongación casi infinita del instante. Y es justamente ese conjunto de rasgos que Sarlo y Piglia descubrieron y también  inventaron, o mejor desearon encontrar en esa obra, lo que ayudaría a definir y distinguir el sistema de lectura de Punto de vista. Los libros de Saer en los que Sarlo y los demás encontraron la posibilidad de una redefinición del campo escriturario nacional,  fueron (a excepción de Glosa, sobre el que se escribió más tarde) reseñados uno a uno poco después de su aparición. Su estima estuvo vinculada con el fervor de advertir que en  esa literatura  se producía un encuentro luminoso con la fidelidad que ellos tenían respecto de un universo teórico fundado en la autonomía y en la importancia de la negatividad estética tal como aparecía principalmente en la teoría adorniana. En la obra de Saer el avance se da la mayor parte de las veces entre un libro y otro de modo que el tiempo de la realidad, el que le lleva a Saer escribir un libro, el que hay entre una novela y las siguientes vuelve discontinuo el tiempo que pasa entre un momento cualquiera y el que vendría después, pero también es cierto que leemos salteando ese espaciamiento, en busca de atar, seguir el hilo de lo que ha quedado suspendido y que ahí hay también una posibilidad de dicha que empuja la narratividad y la duración de la obra contra toda su negatividad. El punto de vista en Saer está en las cosas, lo que se describe minuciosamente siempre es cambiante,  siempre está haciéndose e interrogándose: “interrogar, interrogar, interrogar. Para que diga, por decir así, y de una vez por todas, algo” (”La mayor”); a veces aparece para luego volver a fundirse en el vacío, pero su aparición, el momentáneo volverse objeto de las cosas dibuja a su alrededor un mundo y entonces hace un mundo en el que son posibles las mismas cosas y objetos, los mismos nombres que están en el exterior.