IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
Capital transnacional y proyectos nacionales de desarrollo en América Latina. Las nuevas lógicas del extractivismo neodesarrollista
Autor/es:
EMILIANO LÓPEZ Y FRANCISCO VÉRTIZ
Revista:
HERRAMIENTA (BUENOS AIRES)
Editorial:
HERRAMIENTA
Referencias:
Año: 2012 p. 21 - 36
ISSN:
0329-6121
Resumen:
En la década de 1970 comenzaron a manifestarse una serie de cambios profundos en la dinámica global de acumulación de capital y en las formas políticas, culturales y estéticas que se habían erigido en dominantes desde la posguerra (Harvey, 1998). Este proceso de cambios se enmarca en la crisis de los proyectos de desarrollo nacionales de posguerra. Tal crisis condujo a una profunda reestructuración de la sociedad capitalista a escala global, un proceso de profunda re-configuración territorial, económica y política que se ha llamado globalización neoliberal y que posee como aspectos más salientes: los elevados niveles de transnacionalización de las empresas capitalistas, la mundialización de las relaciones capitalistas de producción, la reducción de costos de transporte y comunicaciones y el desarrollo y tecnificación del capital ficticio (financiero), entre otros aspectos relevantes (Harvey, 2007). Así, la resolución de la crisis en los años ´70 se materializó a través de un desplazamiento espacio-temporal de las contradicciones que le son inherentes. Uno de los aspectos salientes de la reestructuración neoliberal es que dio origen a una nueva forma de inserción subordinada –económica, política y culturalmente– de los espacios nacionales de valorización a la dinámica del capital transnacionalizado. Este desplazamiento condujo a una serie de regiones a insertarse de manera novedosa a los fines de elevar los niveles de competitividad de los espacios de valor de escala nacional en los mercados mundiales, lo que originó cambios cuantitativos y cualitativos en las lógicas de la dependencia económico-política y, por lo tanto, condujo a una novedosa (re)construcción de los territorios nacionales (Harvey, 2004). América Latina no ha sido la excepción a la regla. Los cambios en la escala global desde mediados de los años ´70 implicaron profundas transformaciones en la escala nacional y local del subcontinente (Padilla Cobos, 1995). El proyecto neoliberal se llevó a cabo en toda su dimensión, impulsado por las grandes empresas transnacionales como actores privilegiados, en concordancia con los organismos multilaterales de crédito y comercio –FMI, Banco Mundial, OMC– y los poderes estatales-nacionales. Desde el golpe militar –direccionado por el Departamento de Estado norteamericano– contra el gobierno de la Unidad Popular en Chile y la dictadura cívico-militar Argentina, siguiendo por toda una serie de gobiernos elegidos democráticamente en los años ´80 y ´90, la emergencia y consolidación de la globalización neoliberal en la región latinoamericana ha reconfigurado de manera sustancial la inserción de nuestros países a los procesos de acumulación de capital a escala planetaria y, por ello, ha limitado sustancialmente las iniciativas de desarrollo capitalista autónomo que los diversos poderes estatales habían impulsado en décadas previas bajo la tutela del desarrollismo (Svampa, 2008). Sin embargo, el “éxito” de la globalización neoliberal en América Latina –en tanto que proyecto político de las clases dominantes– no resolvió las contradicciones propias del capital, sino que condujo al mismo tiempo a profundizar las preexistentes y a generar nuevas. Es así que hacia fines de la década de 1990, el neoliberalismo –en tanto modalidad de desarrollo capitalista– entró en una fase de profunda crisis en la mayoría de los territorios nacionales de América Latina. Las crisis de México (1994) y Brasil (1998), y luego la crisis Argentina (2001), dieron cuenta del agotamiento del modelo de desarrollo neoliberal con sus respectivas consecuencias en términos políticos, sociales y económicos. Esta crisis –producto tanto de las lógicas inherentemente contradictorias del capital bajo su forma neoliberal como de las resistencias de nuevos actores sociales colectivos– abrió una nueva etapa en la modalidad de desarrollo de los países de la región que, no sin cierta ambigüedad, podemos llamar posneoliberal (Thwaites Rey y Castillo, 2008). Más allá de diferencias sustanciales entre países, existe un amplio consenso en cuanto que los proyectos de desarrollo han cambiado significativamente en América Latina a principio de los 2000. Sin embargo, como todo proceso histórico, los nuevos proyectos de desarrollo nacionales en Latinoamérica se construyen sobre las bases creadas por el neoliberalismo. Entre ellas, podemos destacar, por un lado, el carácter transnacional del capital que hegemoniza el proceso de acumulación en la mayoría de los países de la región y, por otro lado, la nueva dependencia asociada a la producción de commodities para la exportación (Svampa, 2011a; Féliz y López, 2010). En este marco histórico del posneoliberalismo, se ubica el presente trabajo que intenta aportar elementos que ayuden a comprender de qué manera se articulan los proyectos de desarrollo a escala nacional de los países de América Latina con las necesidades de la acumulación global del capital transnacional extractivo-rentista. En este sentido, se analizarán las estrategias del capital transnacional que se ubica en la extracción de minerales, hidrocarburos y agro-alimentos y de qué manera dichas estrategias logran consenso y legitimización a través de los estados nacionales como proyectos de desarrollo nacionales viables. Más que exponer el resultado de una investigación, buscamos abrir aquí algunos caminos para estudiar los impactos territoriales en diferentes escalas de la nueva inserción de América Latina a la lógica del capital global.