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En el presente artículo se analiza una experiencia vinculada con la poesía mural en la ciudad de La Plata a principios de los sesenta. El Grupo de los Elefantes, formado por jóvenes poetas, se vinculó tanto con la Escuela de Bellas Artes como con otros grupos de artistas que asumieron una actitud vanguardista en lo estético y contestataria en general. Atraídos por la filosofía del existencialismo y el debate político, realizaron una de las primeras acciones en el espacio público al pegar en los muros de la ciudad sus poesías. Reaccionaron tanto la prensa como los vecinos, lo cual los ubicaba en una posición pública que evidenciaba no sólo su acción, sino también que habían descolocado algunas normas del campo artístico y del espacio público. Se entiende aquí que la significación de esta acción implica una doble dislocación: un descentramiento de los cánones tradicionales de producción y circulación de poesía y una desestructuración de la condición del espacio público como racional y pragmático.