Training policies for disadvantaged youth in Latin America: Trends in institutional and learning approaches

JACINTO CLAUDIA

Maputo, Mozambique

Simposio; Au-delà du primaire : quoi et comment ? Défis et approches pour étendre les opportunités d’apprentissage en Afrique; 2008

Association for Development in Education in Africa ADEA

El documento examina las tendencias de las políticas y programas recientes destinados a incrementar la empleabilidad y el acceso al empleo de jóvenes desfavorecidos. Actualmente, en Latinoamérica, existen tres modelos institucionales y financieros predominantes para la formación profesional de jóvenes desfavorecidos que involucran una articulación público-privado: a) formación profesional basada en las instituciones nacionales tradicionales, administradas por autoridades tripartitas o instituciones públicas dependientes de los Ministerios de Educación; b) programas ad hoc, que delegan la formación en diversos agentes institucionales, muchos de los cuales son ONGs privadas o institutos de capacitación privados. Estos “nuevos” tipos de oferta incluyen: b.1) programas que adoptan un modelo competitivo de open market (mercado abierto), a través de la licitación de institutos o cursos de formación; b.2) programas que otorgan subsidios a organizaciones que benefician a sectores desfavorecidos. Todo el campo de la formación es muy heterogéneo y conviven circuitos de alta y baja calidad. Los circuitos de mayor calidad suelen tener mecanismos selectivos y requerir determinados niveles de escolaridad previa. Los circuitos de menor calidad suelen estar dirigidos a las poblaciones más pobres, que incluyen población rural, urbano-marginal y grupos raciales y étnicos discriminados. Dado que el mercado de trabajo es en gran medida informal, la formación orientada a la generación de micro-emprendimientos y hacia el autoempleo tiene relevancia pero en mucos casos con enfoques muy acotados, que no vinculan a los trabajadores con subsidios ni circuitos de comercialización adecuados.    El enfoque pedagógico de la oferta tradicional suele radicar en cursos técnicos puntuales y aislados de corta duración. Existe una gran diversidad, desde aquellos que se imparten en centros de formación institucionalizados – públicos y/o privados – hasta aquellos que se dictan en centros comunitarios. Una debilidad importante es la falta de formación pedagógica de los profesores y capacitadores. Las políticas públicas aún deben fortalecer la articulación entre la educación formal e informal, que permita desarrollar trayectorias de educación durante toda la vida. A pesar de las limitaciones de los enfoques ante la complejidad de la problemática, pueden detectarse algunas prácticas interesantes. Entre ellas: estrechar el vínculo con el empleador del sector privado para incorporar estrategias de inserción laboral desde la etapa de diseño de los programas; combinar tanto la formación técnica como la personal, que involucra competencias sociales y de sociabilidad, incluyendo en la formación, prácticas laborales en el lugar de trabajo; asegurar el acceso de los jóvenes a servicios de inserción laboral y acompañamiento; acciones de asistencia técnica así como la promoción de micro-créditos para pequeños emprendedores o autoempleo; la articulación de diferentes trayectorias educativas y contextos de aprendizaje (educación formal, formación profesional, pasantías); fortalecer las asociaciones locales que articulan diferentes tipos de instituciones (educativas, empresariales, municipales, ONGs) hacia un plan estratégico de desarrollo económico y social.