INVESTIGADORES
IÑIGO CARRERA Nicolas
capítulos de libros
Título:
El movimiento orgánico de la estructura de la sociedad argentina
Autor/es:
NICOLÁS IÑIGO CARRERA
Libro:
Temas y procesos de la Historia Reciente de América Latina
Editorial:
Arcis
Referencias:
Lugar: Santiago de Chile; Año: 2010; p. 293 - 311
Resumen:
El trabajo apunta a realizar, más que un estudio del contexto socioeconómico y sociopolítico en el que se desenvuelven los procesos de luchas sociales y políticas en Argentina, una descripción y análisis de ese movimiento “relativamente permanente” que ha modificado la fisonomía de la sociedad argentina, aunque no su naturaleza capitalista ni su condición de país dependiente, a partir de mediados de la década del setenta, su culminación en la de los noventa y el aparente freno a las tendencias señaladas, después de la crisis que tuvo su manifestación más estruendosa en 2001. Si bien está centrado en el análisis del capitalismo en Argentina, con su temprana imposición de las relaciones capitalistas a la mayoría de su población, muchas de las transformaciones señaladas aquí pueden hacerse extensivas a otras sociedades latinoamericanas. En la medida en que este trabajo se ocupa del movimiento orgánico de la estructura económica de la sociedad, las relaciones políticas y formas de la conciencia, sólo serán abordados cuando resulte imprescindible para la compresión de aquel movimiento. Los resultados son: 1) lejos de desaparecer o disminuir la clase obrera, en el último cuarto de siglo se ha incrementado la masa despojada de sus condiciones materiales de existencia y, dentro de ella, de aquellos que tampoco pueden obtener sus medios de vida necesarios mediante el salario: el pauperismo. 2) Ha habido un cambio estructural en la proporción entre la parte activa de los trabajadores asalariados y la parte sobrante para las necesidades inmediatas del capital: los niveles más bajos de desocupación desde la década del noventa casi duplican los niveles más altos hasta la del ochenta. 3) El cambio en esas proporciones no ha producido una novedosa fragmentación de la clase obrera, que desde sus orígenes ha tenido fracciones y capas, sino que muestra una tendencia a la homogeneización de la masa trabajadora (que incluye a una parte de la pequeña burguesía) en condiciones semejantes de inestabilidad laboral, más frecuente y más prolongada desocupación, bajos salarios, máxima jornada laboral y pérdida de condiciones de trabajo socialmente consideradas dignas.