INVESTIGADORES
HERNANDEZ Graciela Beatriz
congresos y reuniones científicas
Título:
Feminismos de Aztlan y Abya Yala
Autor/es:
GRACIELA HERNANDEZ
Lugar:
Santa Rosa
Reunión:
Congreso; Segundo congreso internacional de los pueblos indígenas de América Latian, siglos XIX-XXI; 2016
Institución organizadora:
Faqcultad de Humanidades, Universidad Nacional de La Pampa
Resumen:
Feminismos de Aztlán y Abya Yala.Nos proponemos revisar y realizar una síntesis de los feminismos de Nuestra América desde una mirada situada temporal y espacialmente, desde el presente y desde el centro sur de la Argentina, concretamente desde la ciudad de Bahía Blanca. En este espacio es donde organizamos nuestros trabajos y nuestras prácticas de investigación con mujeres mapuches llegadas desde las provincias patagónicas y de Chile, y con migrantes bolivianas de las cuales muchas se consideran originarias.Las perspectivas teóricas que sostenemos son aquellas que abrevan en los estudios culturales, claramente marxistas heterodoxos, y desde los ejes teóricos del género poscolonial y decolonial que interpela al colonialismo y cuestiona al modelo colonial y patriarcal que Europa implantó en América, que se impuso homogenizando a las personas que habitaban este continente denominándolos ?indios?, sin tener en cuenta ninguna particularidad, invisibilizando a las mujeres o estigmatizándolas.Adoptamos perspectivas metodológicas cualitativas, en las que priorizamos los análisis de textos que muestran las particularidades de los feminismos originarios, en relación con los afrodescendientes y mestizos que dan cuenta de nuevos mestizajes. También hemos incluido registros surgidos de nuestra observación participante. Las relaciones entre género y feminismo se han conjugado y conjugan de diferentes formas en las distintas tradiciones académicas, según perspectivas teóricas y prácticas políticas que marcan genealogías e itinerarios de acción y reflexión. Uno de los ejes sobre los que se han anclado los búsquedas para pensar en un feminismo local es la visibilización de las mujeres y la deconstrucción de las representaciones que contribuyen a que no se pueda visibilizar a las mujeres, y que cuando se las ve se lo haga desde el lugar de la desvalorización. Consideramos que, entre otros puntos a analizar, tenemos que pensar que con la colonización de las mentes y los cuerpos de las mujeres surgió la idea de Malinche, el emblema de la mujer que traicionó a los suyos y aceptó a los que la sojuzgaban.Entre quienes dirigieron su mirada al malinchismo tenemos que destacar a las chicanas que decidieron hacerse ver y oír en el seno del movimiento chicano surgido en Estados Unidos entre los 60 y 70, en el cual los varones eran los protagonistas. Ellas propusieron un feminismo que les permitiera mostrarse como atravesadas por la raza, la etnia, la clase y la sexualidad y rechazaban la forma en la que las mujeres eran representadas, quisieron reconocerse con dos o más nacionalidades, en las cuales una podía ser la opresora (norteamericana) o otra la oprimida (mexicana), sin la necesaria femineidad que se les adjudica a las latinas y algunas se asumieron como lesbianas; todas buscaron deconstruir los estereotipos de la cultura patriarcal. En esta búsqueda vamos a encontrar trabajos que se preocupan por pensar en la figura de Malinche o Malintzin, entre los estudios pioneros encontramos el de Norma Alarcón, publicado en los 80 en el clásico libro Esta puente, mi espalda editado por Cherrie Moraga y Ana Castillo. Junto con estas ideas estaba la recuperación de la idea de Aztlán. Con distintas variantes lingüísticas, Aztlán es el nombre originario del territorio mexicano ocupado por los Estados Unidos. Sus fundadoras reclamaron por otra idea del mestizaje, entre las obras señeras de la época encontramos la de Gloria Anzaldúa y sus reflexiones sobre la ?nueva mestiza? y las fronteras (2007). Luego, entre los feminismos indígenas, de los pueblos originarios, los que están recuperando el antiguo nombre de Abya Yala en una búsqueda que se propone re-pensar lo indígena desde el presente, hemos pensado básicamente en el feminismo paritario y en le comunitario. Desde nuestra práctica de investigación hemos podido observar que los feminismos indígenas se dividen básicamente en el feminismo paritario que entiende que en la cultura de los pueblos originarios existía un principio de paridad y complementaridad entre lo femenino y lo masculino, por lo tanto la propuesta fundamental es sacar las prácticas impuestas por la colonización e ir recuperando el orden anterior a la conquista europea. Entre las autoras que han escrito desde esta perspectiva se encuentra Rosario Paiva.También identificamos al feminismo comunitario, se trata de un movimiento surgido en los ?90 desde el grupo denominado Mujeres Creando, nacido en Bolivia pero con estrechas relaciones con mujeres de Argentina y Chile, del cual se escindió. En el feminismo comunitario encontramos una variada gama de propuestas de transformación social en las cuales las comunidades son las protagonistas, con ellas y dentro de ellas las referentes del movimiento se proponen ir generando un proceso que permitan terminar con el patriarcado. Actualmente adhieren a las consignas del Buen Vivir, reconocido en las constituciones de Ecuador y Bolivia. El Buen Vivir tiene su origen en la cosmovisión andina (sumak kawsay) y se relaciona con los derechos de la Pachamama y con las economías sustentables. Por último tratamos de hacer conjugar varios caminos de los feminismos para que lleguen hasta un punto: la realización de la Primera Marcha de las Mujeres Originarias realizada del año 2015 en la Capital Federal, a la que llegaron varones y mujeres que se organizaron en todo el país, con el lema se reunirse bajo las consignas del Buen Vivir, que según pudimos observar han generado un consenso aglutinador que supera particularidades espaciales, ideológicas e identitarias. Nosotros focalizamos en la recepción del Buen Vivir en nuestro espacio de investigación, en un ámbito con gran peso de la cultura y las prácticas políticas mapuches y destacamos la importancia del feminismo comunitario en este proceso. La referente mapuche Moria Millán ha llamado a agruparse y trabajar en torno al Buen Vivir, es así, como con esta referencia y otras similares vemos que las organizaciones mapuche que han llevado adelante la Primera Marcha de la Mujer Originaria han aceptado al Buen Vivir como propio o al menos como un punto de partida capaz de nuclear a las mujeres de los diversos pueblos para caminar juntas, desde una mirada que puede articular la explotación de los recursos territoriales, la identidad y el cuerpo de las mujeres como espacio de disputa. (Millán, 2011: 135)